OPERACIÓN REDIMENSIONAMIENTO / OJO ADVENTISTA.
La mayoria de los articulos de "Estatologico" estan siendo transferidos a dos nuevas secciones de Ojo Adventista: OPINIONES del MUNDO y NUEVO ORDEN MUNDIAL.

domingo, 30 de noviembre de 2008

El 'dios' del capitalismo era protestante

El espíritu trabajador y ahorrador del calvinismo actuó como factor de desarrollo del liberalismo más salvaje.

A comienzos del siglo XVI, el mundo estaba en un proceso de cambio. Los elementos que configuraban la Edad Media se iban resquebrajando y el hombre entraba en una nueva era. En este mundo moderno, las sociedades occidentales comentaban a evolucionar hacia los estados-nación, el desarrollo urbano, la progresiva pérdida de importancia del gremio y el mayor auge de la banca, la eclosión del racionalismo o el desarrollo científico. Junto a estos factores, la ruptura espiritual fue uno de los elementos de diferenciación de las distintas sociedades.

En Ginebra, las tesis espirituales desarrolladas por Juan Calvino promovían un nuevo modelo social, en el que los asuntos mundanos se sometían a los espirituales. La base se encontraba en el control de Dios sobre todas las facetas humanas. Cada acto realizado por la sociedad, derivaba así de una decisión previamente marcada por el creador.

La predestinación se convertía en eje fundamental de la vida de sus acólitos, ya que el deseo de agradar a Dios te convertiría en un predestinado para poder ganarte su favor.

Gratitud de los hombres

Ricos y pobres no eran más que la cara de un modelo previamente establecido por Dios y el viejo axioma bíblico de "ora et labora" se convertiría en el elemento angular de la gratitud de los hombres por haber sido objeto de la predestinación. El buen creyente era así aquel que "come del fruto de su trabajo", instaurándose una ética del trabajo por la cual al hombre le corresponde trabajar para agradar a Dios, ya que "cada hora perdida es sustraída al trabajo que contribuye a la gloria divina".

El bien y la felicidad surgen por tanto del desarrollo del buen trabajo y bajo esas premisas las sociedades calvinistas desarrollaron un capitalismo primitivo que les permitió atesorar dinero desarrollando la banca y el comercio, así como obtener los bienes necesarios que cubran las necesidades del hombre en el mundo.

El cambio de actitud hacia el préstamo del calvinismo supuso otra enorme contribución al capitalismo primitivo. Esa unión de religión y economía llevó a algunos historiadores a pensar que el modelo calvinista superó al católico en la forma de entender el nuevo sistema de vida capitalista, ya que el préstamo, considerado usurero y penado como práctica de vida del buen cristiano (en España, no se abolió la "deshonra legal" de estas prácticas hasta Carlos III), no recibe una visión negativa por parte del calvinismo, al considerarlo una más de las actividades económicas, ya que se cree que el lucro personal supone un beneficio para el Estado, pues la sociedad, al fin y al cabo, también se está enriqueciendo.

Nueva forma de trabajo

El espíritu calvinista supuso un fenómeno expansivo que provocó el auge de una nueva forma de entender el trabajo en aquellos lugares a los que llegaba. Así, Suiza, Holanda, el impacto hugonote en Francia, las comunidades calvinistas en Alemania o Hungría o los presbiterianos escoceses y los puritanos ingleses que luego emigrarían a Norteamérica supusieron no sólo un nuevo modelo de sociedad espiritual, sino un cambio en la concepción del trabajo y de la economía en aquellos lugares donde fueron asentándose.

Es la tesis que a comienzos del siglo XX defendió el sociólogo y economista Max Weber en su ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Esa ética señalada por el alemán como propia del calvinismo se adivina como uno de los elementos que configuran el moderno capitalismo caníbal, una vez que el elemento espiritual (obtener a través del trabajo los recursos necesarios para vivir) ha sido sustituido por criterios más "racionales".

El objetivo es la búsqueda perpetua del beneficio por encima de otros criterios menos mundanos y que permitan continuar siendo "la potencia más decisiva de nuestra vida".

Fuente: Público.es
Autor: Antonio Martínez. Madrid

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viernes, 28 de noviembre de 2008

Los primeros días de Obama disparan las tensiones raciales, las desconfianzas de adherentes y hasta un alucinado milenarismo cristiano blanco

Obama ganó la presidencia de Estados Unidos con visionarios discursos sobre el fin de las diferencias raciales y el principio de la América armonizada. Sin embargo, según avanzan los días, algo va quedando claro: Ni nada es lo que parece, ni nada es lo que parecía. Una estremecida tensión va invadiendo unos Estados Unidos que, según el guión, debían estar eufóricos por ‘el fin de la historia’ que representaría el senador negro. Nada más lejos de la realidad. El rencor de amplias capas blancas por la inusitada y triunfante coalición de la ‘América diversa’ -negros, hispanos, musulmanes, asiáticos- que las condena a un triste papel de ‘secundones’ como -ya consumada- minoría mayoritaria del país está comenzando a disparar las agresiones racistas. Miles, quizás millones de personas de la América blanca cristiana tradicional consideran que han perdido a su nación y se dejan caer en un aterrado milenarismo que ya ve en Obama a -literalmente- el Anticristo. Y si los musulmanes tuvieran uno -que lo tienen, aunque con distinto nombre-, en Obama también comenzarían a estar viendo el suyo.

Hasta Al Qaeda perdía esta semana su santa paciencia y reaparecía con uno de sus literarios, amenazantes y apocalípticos sermones. Esta vez, Ayman al Zawahri se abandonaba a la retórica racista negra para, con los argumentos de un musulmán afroamericano herético respecto al islam sunita de Al Qaeda como fue Malcolm X, arremeter contra Obama y calificarle de “esclavo negro al servicio de los blancos”. Los insultos del segundo de Al Qaeda no serán nuevos para el nuevo presidente de Estados Unidos. Durante años, Obama coqueteó con personajes próximos al terrorismo militante racista negro, y durante más años todavía el ya presidente electo de los Estados Unidos asistió junto con su mujer y sus hijas a los no menos incendiarios sermones del no menos racista reverendo Jeremiah Wright, y con él rezaba y de él recibía consejos e inspiración espiritual, como el propio Obama reconocía en uno de sus libros, anterior al repudio del violento frenesí del pastor cristiano negro.

Canción infantil: "Asesinad a Obama"

Sin embargo, lejos aparentemente de la vacía y patética histeria de Al Qaeda -aún peligrosa, según los servicios de inteligencia de Estados Unidos-, entre los musulmanes en Estados Unidos ha comenzado a cundir el desánimo, cuando no una fuerte inquietud, por los primeros nombramientos de Obama para su equipo de transición. A pesar del masivo apoyo de las capas musulmanas a la elección del senador por Illinois (ND), probablemente muy pocos serían los que esperaran que colocara a un imán para sustituir a Condoleezza Rice, pero muchos menos pensarían probablemente que, de entrada y para abrir boca, sí nombraría como su jefe de gabinete a un judío militante y abiertamente comprometido con Israel, si no con el sionismo, como Rahm Emanuel. A pesar de que los principales nodos islámicos en Estados Unidos como altmuslim.com -el mismo que participó en la nueva y alterada exacerbación de millones de musulmanes en todo el mundo por la novela ‘La Joya de Medina’ (ND)- aún mantienen la esperanza en que Obama será ‘su hombre’ dentro y fuera de los Estados Unidos, poco a poco van comenzando a matizarse las opiniones, y en esos mismos nodos se comienzan a registrar “preocupaciones” por la deriva del Obama de la transición.

Justo lo contrario ha comenzado, por la misma razón y por los mismos hechos, a registrarse entre los judíos y más notablemente en Israel, donde no se las tenían todas con el senador electo, a pesar de las rotundas afirmaciones de apoyo total de Obama a Tel Aviv frente a un Irán del que la inteligencia israelí sigue previendo que desarrolle armamento nuclear en no más de un par de años, mientras el espionaje no isralelí constanta, en todo caso, un desmesurado incremento en el enriquecimiento de uranio. Pero, más allá de la influida minoría musulmana y de la influyente minoría judía ¿qué sucede con los blancos, la minoría mayoritaria de los Estados Unidos que, en una gran parte, considera que ha perdido el control de su propio país frente a la ‘América diversa’ -y ‘extranjera’- coaligada junto a Obama? Entre las masas conservadoras blancas que optaron por la América más tradicional y segura de McCain -como mal menor, dicho sea de paso-, comienzan a aparecer inquietantes signos de que la tensión racial vuelve a rebrotar a pesar de que muchos intentan 'adaptarse' al 'hecho consumado'. En constantes chispazos por todo el país, pintadas racistas, muñecos negros colgados de sogas y hasta niños de colegio cantando en el autobús escolar “asesinad a Obama” van sembrando de inquietud a quienes confiaban en la América post-racial de un presidente electo del que sólo se destaca la mitad negra que, por otra parte, él siempre quiso destacar en su vida personal y en su trayectoria política.

Obama, el Anticristo y el 'Nuevo Orden' mundial

En paralelo, el milenarismo estadounidense ha rebrotado en toda su crudeza. Para millones de estadounidenses del integrismo cristiano blanco -y no sólo entre los grupos tan espectaculares como los de los manipuladores de serpientes (ND)-, el Obama musulmán en la sombra se ha transformado ya en el Obama Anticristo. Ya meses antes de la noche electoral, cadenas de correos electrónicos se propagaban de forma vírica por todo Internet asegurando que, “según el Apocalipsis”, el Anticristo “será un hombre, en la cuarentena, descendiente de musulmanes, que engañará a las naciones con un lenguaje convincente y que tendrá un masivo parecido con Jesucristo”. Por cierto, estas mentalidades y estos correos no son muy dados a las metáforas, de la misma forma que el islamismo contemporáneo destroza cualquier atisbo místico y gnóstico con su crédula literalidad infantil (ND). En este sentido, cuando estos correos hablan de “parecido” con Jesucristo, se refieren a “parecido físico”, y cuando recuerdan cómo el Apocalipsis menciona que el Anticristo “tendrá autoridad” durante “42 meses” antes de que llegue el Fin, lo relacionan de forma directa con los cuatro años de mandato que le aguarda al “nacido de musulmán”.

Una búsqueda en Google con los términos “Obama Antichrist” devuelve casi un millón de resultados. Las referencias en este sentido se han ido multiplicando de forma exponencial después de que el número ganador de la lotería de Illinois -el estado de Obama- recayera en el Número de la Bestia, el 666, en un ‘hecho’ que no hacía sino recrudecer el paroxismo milenarista en decenas, si no cientos, de sitios web, y en un fenómeno que atraía la atención de los grandes medios estadounidenses. Mientras, decenas de blogs dedicados al tema hacían temblar a sus lectores con las recientes e inquietantes apelaciones de los líderes internacionales a un “nuevo orden mundial”, aparentemente para la economía y los mercados crediticios, pero en realidad para toda una humanidad a la que no queda sino una sola ciudadanía global gobernada por el gran Anticristo negro nacido de musulmán que precederá a un Fin de los Tiempos que nada tiene que ver con teorías políticas históricas y sí con fuego real cayendo del cielo, quizás desde el horizonte donde se oculta el taimado y satánico Teherán.

Fuente: NuevoDigital.com "Desconcierto en los Estados Unidos de la transición: Los primeros días de Obama disparan las tensiones raciales, las desconfianzas de grupos que le apoyaron y hasta un alucinado milenarismo cristiano blanco"
Autor: Javier Monjas/ Madrid

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viernes, 21 de noviembre de 2008

Regresa el 'poder blando'. Por Paul Kennedy

El mundo ha acogido con esperanza la victoria de Obama. El futuro presidente puede y debe restablecer con algunos actos concretos la dañada imagen de su país. Wilson, Roosevelt y Kennedy son buenos ejemplo.

Hay mucho que decir -y se está diciendo- sobre la histórica victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y los analistas de las fascinantes transformaciones de la sociedad estadounidense actual pueden explicar el resultado mucho mejor que yo. Pero, cuando observaba la extraordinaria reacción de otros países al triunfo de Obama, a la mañana siguiente de que el mundo conociera su victoria, sentí la tentación de ir un poco más allá.

¿Contribuirá el atractivo de este hombre en todo el mundo a la capacidad de Estados Unidos de persuadir a otros países para que acepten su liderazgo y aprueben medidas que Washington desee pero sobre las que los demás miembros del sistema internacional puedan no sentir tanto entusiasmo? ¿Convencerá a los Gobiernos y los pueblos de otras naciones de que las políticas made in USA son buenas para la humanidad en su conjunto?
Porque ésa es, al fin y al cabo, la definición del término poder blando defendida por el profesor de Harvard Joseph Nye en unos libros publicados en los años noventa. Durante demasiado tiempo, alegaba Nye, los estudiosos habían prestado una atención excesiva a los aspectos más duros del poder militar, económico y financiero, y habían ignorado la importancia de las características nacionales que permitían que determinados países "hicieran amigos e influyeran en la gente" mejor que otros.

Nye consideraba que un estilo de vida atractivo, una cultura interesante, la capacidad de ir de la mano de la opinión mundial en vez de ir en su contra, podían ser unas herramientas tan útiles para un país como la habilidad de los diplomáticos, la solidez financiera e incluso los grandes portaaviones. Es evidente que cuando Nye elaboró estas ideas, creía que Estados Unidos contaba con la mayoría de los atributos del poder blando; pensaba, con razón, que Hollywood, MTV y la cultura juvenil norteamericana tenían mucho más atractivo para el mundo que la desintegrada Unión Soviética y la falta de libertades en China.

Además, amplias zonas del mundo avanzaban en la dirección señalada por los fundadores de la nación norteamericana: democracia, imperio de la ley, libertad económica, etcétera. La posición de EE UU en el mundo estaba reforzándose, para confusión de los que escribían sobre el declive norteamericano. Las tres patas sobre las que se apoyaba su preeminencia -el poder militar, el poder económico y el poder blando- iban a mantener a la república en la cima durante generaciones.

Pero entonces llegaron George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y las políticas neocon de activismo militar, agresividad ideológica, anulación de derechos humanos esenciales, excesiva importancia de "la guerra contra el terror" y una repugnancia patológica, ejemplificada en John Bolton, hacia el multilateralismo. De acuerdo con todas las formas de medir la opinión mundial -por ejemplo, los sondeos de la Fundación Pew-, el Gobierno de Bush se convirtió en la más impopular de la historia reciente de Estados Unidos. No es extraño, por tanto, que el poder blando estadounidense se viniera abajo. La capacidad de la Casa Blanca de convencer a otros países desapareció; la simpatía mundial tras los atentados del 11-S se evaporó poco a poco, incluso en países tradicionalmente amigos de Estados Unidos.

La alegría colectiva que experimentó hace dos semanas todo el mundo ante el final de la era de Bush fue prueba de hasta qué punto el país de Lincoln, Wilson, Franklin Delano Roosevelt y Kennedy se había ganado la antipatía internacional durante los últimos ocho años.

Sin embargo, el poder blando (soft power), quizá por su propia naturaleza, es muy volátil. Y seguramente es más ajustable y moldeable que, por ejemplo, un declive relativo y prolongado del poder militar y estratégico. Así que la pregunta que debe interesarnos es ésta: ¿servirá la victoria electoral de Barack Hussein Obama para devolver a Estados Unidos la tercera pata del taburete que sostiene su posición mundial: la ventaja del atractivo político e ideológico?

A juzgar por las noticias aparecidas en la prensa de todo el mundo, la respuesta es un sí sin reservas. Como era de prever, el presidente francés Nicolas Sarkozy, siempre dispuesto a ser el primero, envió a Obama este mensaje: "Su elección suscita en Francia, en Europa y en todo el mundo una inmensa esperanza". Y ofreció un abrazo francés que el próximo inquilino de la Casa Blanca haría bien en aceptar con cautela, aunque los sentimientos sean sinceros. Por lo demás, el júbilo en África e Indonesia, que sacan a relucir su relación con Obama, es general. Y según The New York Times, un librero de 24 años de Caracas, Venezuela, dijo: "Es agradable poder volver a sentirnos satisfechos de EE UU".

Los regímenes que no permiten elecciones libres están claramente inquietos por la onda expansiva de Obama, del mismo modo que sus adversarios políticos se sienten animados por este ejemplo asombroso de transparencia democrática. E incluso al fundamentalista más ciego de Hezbolá o Irán le será difícil acusar a alguien llamado Barack Hussein (descendiente del profeta) de tener un prejuicio antimusulmán intrínseco.

Desde luego, si Obama intenta apoyarse exclusivamente en los buenos deseos internacionales para impulsar políticas que beneficien a Estados Unidos, será como un automóvil que tratase de funcionar con aire caliente en vez de gasolina; y la luna de miel se acabará de inmediato.

Lo que debe hacer el próximo presidente es reconocer con claridad cuáles son las esperanzas que le han dado tanta popularidad en tantas partes distintas del mundo: las esperanzas africanas de que preste verdadera atención y ayude de verdad al atribulado continente; los deseos latinoamericanos de que mantenga las políticas liberales en comercio e inmigración, haga algo para superar el punto muerto en las relaciones con Cuba y muestre verdadero respeto por Latinoamérica; las aspiraciones en Europa, Canadá y Australia de que se tome en serio las obligaciones de Estados Unidos con las instituciones y los tratados internacionales, incluidos los compromisos ambientales y antiproteccionistas; y las esperanzas de los árabes moderados de que ofrezca algo más que buenas palabras a los palestinos.

Todas estas aspiraciones son mucho más fáciles de proclamar que de hacer realidad, como sin duda sabe Obama, y todas necesitarán compromisos entre algunas de sus promesas de campaña a los votantes estadounidenses y los simpatizantes con los que cuenta en el extranjero. Pero, si verdaderamente quiere restaurar el poder blando de su país, tendrá que empezar por ofrecer al mundo algunas de las cosas con las que sueñan los extranjeros; no todo el paquete, por supuesto, pero sí algunos elementos que den buena imagen y ayuden a aplacar los numerosos temores y preocupaciones mundiales.

Para eso, le será muy útil estudiar con detalle la retórica y las políticas de sus antecesores Wilson, FDR y JFK. Porque, como saben los historiadores de esas presidencias, ninguno de estos estadistas hizo nada más que defender los intereses "nacionales" de Estados Unidos. Lo que tuvieron en común fue el ingenio y la inteligencia para saber combinar lo que convenía a su país con lo que convenía al mundo o, al menos, a grandes partes de él. Convencieron a millones de personas en todo el planeta de que debían tener fe en el compromiso, el juicio y el liderazgo de EE UU y, por consiguiente, tomarse en serio las propuestas reformistas nacidas de la Casa Blanca. Y eso es la esencia del poder blando.

Ahora bien, este poder, como es blando, puede disolverse con rapidez. Una buena parte de un mundo ansioso espera anhelante la llegada de la presidencia de Obama y, en su mayoría, tiene la sensatez suficiente para no contar con una especie de milagro en los 100 primeros días. La gente va a juzgar lo que vea, como los votantes de Ohio y Florida, y está dispuesta a conceder al nuevo hombre el beneficio de la duda, pero no siempre, quizá no durante mucho tiempo. Como tantas otras cosas en la vida y la política, el intento de Obama de restaurar el poder blando estadounidense tiene un plazo.


Fuente: El País.com
Autor: Paul Kennedy ocupa la cátedra J. Richardson de Historia y es director del Instituto de Estudios sobre Seguridad Internacional en la Universidad de Yale. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia. © 2008, Tribune Media Services, Inc

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martes, 18 de noviembre de 2008

Las conclusiones de la cumbre del G-20

En la declaración final, de unas diez páginas, los mandatarios relatan los objetivos logrados en el encuentro, los pasos que se deben tomar de manera inmediata y los principios que deben guiar las futuras reformas.

Los mandatarios del G20, más España y Holanda, concluyeron su cumbre en Washington con una extensa declaración de principios y propuestas de reformas de los mercados financieros.

Además, adoptaron un "plan de acción" para desarrollar estos principios, y que deben ser elaborados con más detalle por los ministros de finanzas. Este es un resumen de los puntos más importantes de la declaración:

A) Los gobernantes acordaron que se podrían tomar acciones inmediatas paras restablecer el crecimiento y respaldar las economías de mercados emergentes a través de:

- Reconocer la importancia del apoyo a la política monetaria y usar las medidas fiscales en la medida en que sean apropiadas.

- Proporcionar liquidez para ayudar a descongelar los mercados de crédito.

- Asegurar que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros organismos multilaterales de desarrollo tengan suficientes recursos para ayudar a los países en desarrollo afectados por la crisis así como proporcionar financiación para el comercio y la infraestructura.

B) Los principios comunes que deben guiar la reforma del mercado financiero, según se acordó en la cumbre, son los siguientes:

- Fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas mediante un aumento de la información sobre productos financieros complejos, garantizar la información completa y precisa por parte de las empresas sobre sus condiciones financieras y ajustar los incentivos para eludir los riesgos excesivos.

- Promover la integridad (ética) al impedir la manipulación y el fraude en los mercados financieros, ayudar y evitar los conflictos de intereses, y proteger contra el uso del sistema financiero para asistir al terrorismo, el narcotráfico, y otras actividades ilegales.

- Reformar las instituciones financieras internacionales al modernizar su gobernabilidad y adhesión de miembros de manera que las economías con mercados emergentes y los países en desarrollo tengan una mayor voz.

C) Los gobernantes también aprobaron un "Plan de Acción", un plan integral de trabajo para aplicar estos principios que incluye las siguientes medidas inmediatas:

- Asegurar que las agencias de calificación cumplan los más elevados estándares y eludan los conflictos de interés, proporcionen mayor información a los inversores y distingan las categorías en casos de productos complejos.

- Desarrollar una guía para fortalecer las prácticas de control de riesgo de los bancos y garantizar que las empresas desarrollen procesos para determinar el caso de que pudieran estar acumulando riesgos excesivos.

D) Los gobernantes coincidieron en que las reformas que se necesitan tendrán éxito sólo si se basan en un compromiso con los principios de libre mercado, incluyendo el respeto a la ley, el respeto a la propiedad privada, el comercio abierto y la inversión, los mercados competitivos, y los sistemas financieros eficientes y regulados de manera efectiva. En este sentido, los gobernantes acordaron:

- Rechazar el proteccionismo, que exacerba en vez de mitigar los desafíos económicos y financieros.

- Hacer un esfuerzo para llegar a un acuerdo este año sobre las negociaciones las Negociaciones Comerciales de la Ronda de Doha.

- Abstenerse de imponer nuevas barreras al comercio o la inversión durante los próximos 12 meses.

- Reafirmar los compromisos de asistencia al desarrollo y exhortar tanto a las economías desarrolladas como emergentes a asumir compromisos consecuentes con su capacidad y función en la economía global.

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domingo, 16 de noviembre de 2008

Crisis: los ocho jinetes del Apocalipsis

Aquí están, éstos son. Los nombres y apellidos del peor desastre financiero global en casi 80 años. Detrás de los rostros de estos ocho ejecutivos hay una sucesión de errores, negligencias, egoísmos y una responsabilidad que trasciende lo individual para alcanzar al capitalismo sin regulaciones. Invertir y gastar sin fondos reales era una ecuación que no podía durar para siempre. Antes de lo que muchos esperaban, y contra la opinión de los “gurúes”, explotó. Lejos de castigarlos, el mercado premió a estos CEO (Chief Executive Office) con indemnizaciones millonarias.

Corridas, números que no cierran, desesperación. El mundo financiero entró en crisis mientras los responsables se hacían invisibles detrás del sufrimiento de miles de personas que corrían el riesgo de quedarse sin trabajo o sin vivienda al no poder pagar la hipoteca. Sin embargo, hay nombres y apellidos detrás de la crisis financiera más grande en 80 años, amparados en una sucesión de directivos que prefirieron mirar para otro lado y no detener el colapso que terminó afectando a la segura y cómoda forma de vida norteamericana.

Las causas son muchas, pero la lista incluye ambiciones desmedidas, errores de cálculo, sensación de impunidad y falta de control estatal.

Aunque todo estalló hace apenas unos meses, los problemas se agravaron en junio del año pasado, cuando comenzaron a caer los fondos del banco de inversión Bear Stearns. Como por efecto dominó, los bancos comenzaron a caer uno a uno, las Bolsas mundiales se derrumbaban y el colapso en Estados Unidos se volvió una preocupación real hasta para los más confiados. Pero la debacle ya se preveía en junio de 2003, cuando las tasas de la Reserva Federal llegaron al nivel más bajo.

Las causas de la crisis norteamericana más grande desde 1930 son múltiples y se irán analizando a medida que pase el tiempo, pero la especulación inmobiliaria y el afán desmedido de ganancias pueden señalarse como algunos de los motivos más evidentes.

En concreto, las rebajas en las tasas que se dispusieron para reactivar la economía provocaron una fuerte inversión en hipotecas tóxicas o de riesgo (subprime) armadas por los bancos. Las hipotecas tóxicas eran utilizadas para que clientes con poca solvencia adquirieran su vivienda, pero con un nivel de riesgo superior al del resto de los créditos. Mientras los ocho CEO más importantes del mercado recibieron indemnizaciones millonarias tras el fracaso al frente de las entidades, muchos ciudadanos norteamericanos llegaron a suicidarse ante la desesperada idea de perder sus viviendas al no poder afrontar el pago de las deudas. Cerca de 200 mil familias estuvieron en peligro de quedarse sin sus casas.

El modelo neoliberal recomienda recetas de libre comercio y no intervención estatal; sin embargo, cuando la crisis explotó el gobierno del republicano George Bush entendió que la intervención del Estado era la única forma posible de salvar la economía. Así se planeó un operativo rescate de US$ 700 mil millones para sanear los bancos. En un primer momento, los demócratas rechazaron el plan por considerar injusto que los contribuyentes terminen pagando la deuda privada, y hasta lo propios republicanos se opusieron por su dogma histórico de rechazar la intervención estatal. Finalmente, el proyecto se aprobó con cambios en el tope máximo para los depósitos bancarios con garantía federal. El Estado también autorizó un plan para evitar los desalojos que incluyó la reducción de las tasas de interés, la extensión del préstamo por un período más prolongado y el retraso en el pago principal de la hipoteca.

Cuando el Congreso dio luz verde al rescate, ejecutivos de una de las entidades, la aseguradora AIG, festejaron la noticia en un retiro de una exclusiva playa californiana donde se gastaron 400 mil dólares. Tenían mucho que agradecer a la “mano invisible” del mercado, que los dejó tranquilos, e impunes.

  • Charles O. Prince - Citigroup

Con 48 años, el ejecutivo del Citigroup no tuvo mejor idea que intentar enfrentar la crisis que se avecinaba con el despido de 17 mil empleados y el traslado de 9.500 a países con menores costos. La decisión estuvo acompañada de promesas a los inversores de ahorrar 10 mil millones de dólares. El lema de Prince era recortar en sueldos y en costos organizativos que “no aporten nada a la capacidad de dar un servicio eficiente a la clientela”.

Cuando comprendió que los empleados no eran el problema, ya fue demasiado tarde y las acciones se vinieron a pique, poco después de inflar el balance de la firma con activos tóxicos por un valor de más de 11 mil millones de dólares.

Claro que entre la reducción de costos no estaba incluida su indemnización, que llegó a los 105 millones de dólares. Al dejar su cargo, Prince declaró: “Dada la magnitud de las pérdidas en el negocio de las hipotecas, la única salida honrosa que me queda como presidente es renunciar a mi puesto”. Robert Rubin, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos bajo la administración de Bill Clinton, se hizo cargo del Citigroup.

  • Daniel Mudd - Fannie Mae

Tiene 49 años y es hijo del periodista Roger Mudd, de la CBS. Antes de dedicarse a las finanzas, fue oficial de los marines y combatió en Beirut, donde fue condecorado por sus servicios. Durante la caída del Muro de Berlín, Mudd recibió una propuesta para trabajar en el gobierno alemán. Tras su experiencia militar, ingresó al mundo empresario, primero recaló en la General Electric y luego desembarcó en una de las prestamistas financieras más grandes de Estados Unidos, Fannie Mae. En los últimos tiempos al frente de la entidad, no logró evitar el derrumbe de la financiera, abrumada por las hipotecas impagas, la caída de los precios de la vivienda y el trastorno del mercado crediticio, lo que dejó sin casas a miles de familias. Sólo en el segundo trimestre de 2008 la financiera perdió 2.300 millones de dólares. Su decisión de elevar los intereses a pagar por las hipotecas tuvo un alto costo social. En septiembre pasado, junto con Freddie Mac, Fannie Mae fue rescatada por la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro, y los gobiernos locales adquirieron las viviendas confiscadas. Mudd recibió una compensación de 24 millones de dólares. El propio Barack Obama pidió que tanto él como Richard Syron, de Freddie Mac, no recibieran cifras millonarias mientras el Estado salía a salvar a las financieras prestamistas con el dinero de los contribuyentes.

  • R. Fuld - Lehman Brothers

Apodado “el Gorila” por su fama de reservado, duro y poco hablador, la de Richard Fuld fue la caída más estrepitosa porque estaba considerado un gurú de la economía mundial. Nacido en Nueva York hace 62 años, falló en su intento de salvar de la bancarrota a Lehman Brothers, el cuarto mayor banco de inversión de Estados Unidos, al no lograr que el Bank of America u otra entidad adquirieran los activos para absorber las pérdidas. El CEO recibió varias advertencias de sus asesores, que le aconsejaban vender un porcentaje del capital, pero Fuld pretendía venderlo a un precio muy alto, y cuando intentó colocar los activos al valor del mercado ya era demasiado tarde porque había comenzado el derrumbe. Jugador de squash y coleccionista de arte moderno, ganaba 17 mil dólares la hora y logró acumular 489 millones de dólares en los últimos 10 años gracias a la venta de sus acciones. La mujer del ejecutivo, Kathy, vicepresidenta del Museo de Arte Moderno de Nueva York, vendió su colección por 20 millones de dólares. Sin embargo, no parece que la familia tenga problemas económicos ya que Fuld, tras hundir a Lehman Brothers, recibió una indemnización de 53 millones de dólares, cifra que le alcanza para lograr su individual sueño americano.

  • Stanley O’Neal - Merrill Lynch

La burbuja financiera de Estados Unidos terminó con el puesto del segundo ejecutivo mejor pago de las firmas de inversión, con alrededor de 45 millones de dólares en 2006. De 57 años, O’Neal fue despedido luego de conseguir ascender en la escala social con mucho esfuerzo. Es hijo de un jornalero negro de Alabama y nieto de esclavo. Pudo estudiar porque General Motors le concedió una beca y con los años logró ocupar diversos cargos en la compañía. Sus triunfos comenzaron en épocas en que los negros eran muy discriminados.

El trabajo de O’Neal significaba el progreso económico y social de la población negra, pero los objetivos de una vida próspera y exitosa se esfumaron el año pasado cuando fue despedido, tras haber llegado a la presidencia de Merril Lynch en 2002. En cinco años ganó 172 millones de dólares.

Al irse, un año atrás, no esperaba que la compañía iba a desaparecer en un mar de deudas.La firma de inversión fue adquirida por el Bank of America, que pagó 44.000 millones de dólares, y John Thain lo reemplazó en el cargo en diciembre de 2007. A pesar del fracaso social y laboral, O’Neal fue premiado con una compensación que alcanza los 160 millones de dólares. Un economista estadounidense afirmó que su gestión evidenciaba “la mejor relación salario-fracaso. que se haya visto”.

  • James Cayne- Bear Stearns

Tiene 74 años y dejó de ser el CEO de Bear Stearns en enero de este año, tras duros cuestionamientos por sus errores y ausencias en medio de la crisis de liquidez que sufrió la compañía durante 2007.

En sus comienzos fue comerciante de chatarra y vendedor de fotocopiadoras, y nunca pudo realizar una carrera universitaria. Es fanático de los habanos y del bridge, tanto que mientras la Bolsa se desplomaba y el mundo financiero conocido dejaba de ser lo que era, Cayne se la pasó jugando al golf y practicando su juego favorito de cartas en Tennessee. Sus ejecutivos negociaban por él, pero el directivo de la firma no atendía las llamadas ni contestaba los e-mails, sólo se comunicaba una vez al día a través de teleconferencias.

Con este ritmo de trabajo, el quinto mayor banco de inversión no pudo sostenerse más y sus acciones cayeron casi un 50%. Fue adquirido por JP Morgan en marzo pasado por 200 millones de dólares. Claro que Cayne no se fue con las manos vacías: recibió 38 millones, que se suman a los 60 millones por la venta de sus acciones.

  • Robert Willumstad - AIG

El ejecutivo, de 62 años, estuvo un corto período al frente de American International Group, la mayor aseguradora de Estados Unidos. Asumió el 15 de junio, en reemplazo de Martin Sullivan, y pocos meses después fue sustituido por Edward Liddy, dejando a la firma al borde de la bancarrota.

Desde que Willumstad asumió en la aseguradora, los activos de la compañía cayeron 94%, debido a la falta de liquidez por la reducción de las calificaciones de riesgo de la empresa.

Con la firma a la deriva y sin financiamiento, las autoridades federales norteamericanas aprobaron un salvataje por una cifra que durante la semana que pasó se elevó a 150 mil millones de dólares. Argumentaron que no era conveniente dejar caer a AIG, que ahora deberá vender activos para recaudar fondos y afrontar las deudas que tiene con el Estado. Por sólo tres meses de trabajo, en los que no logró reflotar las pérdidas y hundió más a la aseguradora, Willumstad se pudo haber llevado 22 millones de dólares, pero renunció a la indemnización para aliviar las tensiones con el Gobierno.

  • Angelo R. Mozilo – Countrywide

Otro ejecutivo de origen humilde que llegó a uno de los mejores puestos del mercado y perdió su estatus, según sus ex compañeros, por avaricia y mezquindad. Nació en 1938 en Nueva York, y llegó a Countrywide Financial Corp hace tres décadas. Miembro fundador de la compañía, logró convertirla en la mayor financiera hipotecaria de Estados Unidos por siete años. Durante su presidencia, la empresa otorgó préstamos por miles de millones de dólares a deudores que resultaron insolventes. Pese a sus errores, que llevaron a la caída de la financiera, Mozilo se quejaba de ganar “sólo” 50 millones de dólares al año. La firma solventaba gastos de un club de campo y dos clubes de golf de los que era miembro. Pero el ejecutivo se sintió maltratado cuando lo criticaron por hacer viajar a su esposa en el jet privado de la empresa. “No es justo ni sabio exigir que mi mujer use un vuelo comercial”, se indignó. En julio pasado, Countrywide perdió un 80% de su cotización en Bolsa y 704 millones de dólares, hasta que el Bank of America llegó para rescatarlo. Mozilo se llevó una indemnización de 56 millones de dólares.

  • Michael Perry - Indymac

El ejecutivo, de 43 años, fue CEO del banco desde que cumplió 30. La compañía tuvo pérdidas por 200 millones de dólares durante el tercer trimestre de 2007 y no pudo mantener sus activos por la falta de liquidez y las complicaciones para conseguir fondos solventes. Por las fallas en la previsión de su director, el Indymac Bank se transformó en el Indymac Federal Bank con la ayuda del Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC en sus siglas en inglés), que se hizo cargo y gestiona el banco. En julio de este año la entidad estuvo por quebrar debido al retiro de 1.300 millones de dólares en diez días por parte de sus clientes. Para evitar el peor descenlace, anunció el despido del 50 por ciento de su personal y Perry aceptó una rebaja en su salario, pero ni ese gesto pudo salvarlo. Desde que la crisis fue imparable, los empleados de la entidad tuvieron la opción de quedarse o aceptar un retiro voluntario; sin embargo, Perry no contó con la posibilidad de elegir ya que lo echaron sin preguntarle. Aunque probablemente no lo afectó demasiado, ya que se llevó como indemnización 42 millones

Fuente: Diario Perfil.com

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viernes, 14 de noviembre de 2008

Ron Paul habla sobre la crisis financiera.



Ronald Ernest Paul (n. Pittsburgh, PA, Estados Unidos de América, 20 de agosto de 1935), es un médico y político del Partido Republicano de los Estados Unidos, representante por el décimo cuarto distrito de Texas en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, reside en Lake Jackson, ciudad del mismo estado. Es médico obstetra y ginecólogo, graduado en la Universidad de Duke, candidato presidencial por el Partido Libertario en 1988 y candidato a la nominación por parte del Partido Republicano en la elección presidencial 2008.

En el Congreso, Paul se ha adherido a la filosofía liberal libertaria basando sus posiciones en la Constitución y los derechos de los Estados. Durante las primarias del Partido Republicano y posterior a ellas, Paul, debido a su filosofía política sobre las libertades constitucionales se convirtió en un fenómeno de Internet, siendo popular entre jóvenes tanto en la derecha como en la izquierda.

Fuente: Wikipedia.com
Vídeo: "On Financial Crisis" / 16.09.08

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Esa extraña reunión de Washington. Por Lluís Bassets

Pongamos las cosas en claro. Esa reunión ni es lo que se dice ni puede salir de ella lo que se está contando. En primer lugar, no es el G 20. Parte de la idea del G 20 de ampliar los encuentros entre los mandatarios de los países más ricos a los principales países emergentes. Pero no es el G 20 porque este formato ha reunido hasta ahora sólo a los ministros de Economía y Finanzas. Tampoco es exactamente el G 20 porque la presidencia anual corre a cargo este año de Brasil, país que naturalmente estará representado pero que no es el convocante de la reunión como correspondería: los convocantes son Nicolas Sarkozy y George Bush, dos presidentes en precario, que hacen uso uno del otro para reforzarse mutuamente; el primero en sus últimos días en la Casa Blanca para dorar un poco es lamentable cuadro que deja a su sucesor, el segundo para hinchar y a ser posible prolongar su presidencia semestral de la Unión Europea. Ni siquiera es el G 20 por la lista de países que acuden: Holanda y España se han sumado al encuentro, con toda la lógica del mundo, y eso no hace más que mejorar el formato de la reunión, pero no pertenecen a este grupo en el que se integran las economías que fueron hace unos años de países en desarrollo.

Sigamos con los asistentes. Sabemos que Barack Obama no va a ir y ni siquiera desea convertirse en un interlocutor de los asistentes en paralelo a la reunión. Tampoco habrá una representación de su equipo en el encuentro. No hay dos presidentes de Estados Unidos a la vez, se ha cansado de repetir. El presidente electo estará en Chicago, donde vive y tiene su distrito senatorial. Pero una cosa será la reunión estricta, con su comunicado y sus fotos y otra muy distinta los contactos oficiosos en los pasillos y en los hoteles y restaurantes de Washington. Como todo el mundo da por hecho que las delegaciones extranjeras querrán entrevistarse con gente de Obama, habrá tres interlocutores para atender las peticiones, según ha contado The Washington Post.

Dos de los interlocutores han sido dispuestos por los consejeros de Obama. Se trata de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright, y del ex congresista Jim Leach, un ‘republicano de Obama’, que le apoyó públicamente en la convención Demócrata en Denver. Y en un tercer caso, ha sido la propia Casa Blanca la organizadora del contacto: se trata del profesor de Georgetown y ex consejero de Clinton, Daniel Tarullo, que forma parte de los equipos de asesores de Obama y apareció en la foto de Chicago de la primera rueda de prensa después de la victoria. Tarullo está muy arriba en la lista para ocupar el cargo de máximo negociador comercial de Estados Unidos.

La confusión que reina en torno a la reunión no disminuye ni un ápice su importancia. La tiene el sólo hecho de que se aborde la crisis financiera en una cumbre a la que se convocan las grandes economías emergentes, y principalmente a China. Supone reconocer, de entrada, que se ha terminado la época en que Estados Unidos y Europa eran los únicos que discutían y tomaban decisiones cuando había que abordar situaciones difíciles. Cabe suponer, además, que se pondrá en marcha un debate a fondo, que desbordará a los gobiernos participantes, sobre cómo hay que organizar el nuevo orden económico y financiero internacional.

Está claro que sobra prosopopeya. No habrá reforma alguna del capitalismo, será un proceso lento y complejo, tardaremos en saber la orientación exacta del proceso. Exactamente el tiempo en que la nueva Administración Obama se instale y adopte posiciones claras: de momento el equipo del nuevo presidente prefiere no comprometerse ni atarse las manos. Y por eso se ha quedado en casa.

Fuente: De Alfiler al Elefante.
Autor: Lluís Bassets es periodista. Director adjunto de EL PAÍS. Se ocupa de las páginas y artículos de Opinión.

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lunes, 10 de noviembre de 2008

EL SIGUIENTE BRETTON WOODS. Por Joseph E. Stiglitz

El mundo está cayendo en una grave desaceleración mundial, probablemente la peor del último cuarto de siglo, quizá incluso la peor desde la Gran Depresión de 1929. Una crisis que, en más de un sentido, es made in USA, fabricada en Estados Unidos.

Estados Unidos exportó sus hipotecas tóxicas al resto del mundo en forma de títulos respaldados por activos. Exportó su filosofía desreguladora del mercado libre, algo que ahora hasta Alan Greenspan, su sumo sacerdote, admite que fue un error. Exportó su cultura de irresponsabilidad empresarial y la opaca práctica de las opciones de compra de acciones, que fomentan esa mala contabilidad que, al igual que ocurrió en los escándalos de Enron y Worldcom hace unos pocos años, tan importante ha sido en este descalabro. Como colofón, EE UU ha exportado su desaceleración económica.

La Administración de Bush ha acabado haciendo lo que todos los economistas le instaban a hacer: inyectar más liquidez en los bancos. Sin embargo, como siempre, el problema está en los detalles, y puede que el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, haya logrado incluso echar por tierra esta buena idea, ya que parece haber concebido una recapitalización bancaria que no va a producir la reactivación del crédito, algo que no sería nada bueno para la economía.

Más importancia tiene aún que las condiciones impuestas por Paulson a los bancos estadounidenses receptores de capital sean mucho peores que las dictadas por el primer ministro británico Gordon Brown (por no hablar de las que consiguió Warren Buffett cuando proporcionó mucho menos dinero a Goldman Sachs, el banco de inversión más sólido de EE UU). Los precios de las acciones demuestran que, para los inversores, éste ha sido un acuerdo excelente.

Una de las razones para preocuparse por el mal acuerdo que se ha ofrecido a los contribuyentes estadounidenses es la deuda nacional que se nos viene encima. Antes incluso de esta crisis financiera, estaba previsto que el endeudamiento de EE UU pasara de 5,7 billones de dólares en 2001 a más de 9 billones este año. Por sí sola, la deuda del presente año se acercará al medio billón, y la del año próximo, al acentuarse la desaceleración en Estados Unidos, será todavía mayor. El país necesita un gran paquete de medidas de estímulo. Pero los conservadores fiscales de Wall Street (sí, los mismos que nos han conducido a este bajón) ahora pedirán que se modere el déficit (lo cual nos recuerda a Andrew Mellon en la Gran Depresión de 1929).

Podemos decir que la crisis se ha extendido a los mercados emergentes y a los países menosdesarrollados. Por curioso que parezca, Estados Unidos, pese a todos sus problemas, sigue considerándose el lugar más seguro para depositar el dinero. Supongo que no es muy sorprendente, ya que, con todo, el aval del Gobierno de EE UU tiene más credibilidad que el de un país del Tercer Mundo.

Mientras Estados Unidos rebaña los ahorros del mundo para solucionar sus problemas, las primas de riesgo se disparan y, por todas partes, la renta, el comercio y los precios de las materias primas se hunden. Los países en vías de desarrollo van a pasarlo mal. Probablemente algunos vayan a sufrir más que otros: los que ya antes de que arreciara la crisis tenían un considerable déficit comercial, los que debían refinanciar una deuda nacional y los que mantenían vínculos comerciales estrechos con Estados Unidos. Los países que, como China, no han liberalizado del todo sus mercados financieros y de capital, se congratularán de no haber cedido ante Paulson y el Tesoro estadounidense, que les conminaban a hacerlo.

Muchos están pidiendo ayuda ya al Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo que se teme es que, al menos en ciertos casos, el FMI retome sus antiguas y fallidas recetas, basadas en una contracción fiscal y monetaria que no hará más que incrementar la injusticia en el mundo. Aunque los países desarrollados apliquen políticas estabilizadoras anticíclicas, los que están en vías de desarrollo se verán obligados a tomar otras de carácter desestabilizador que alejarán el capital cuando más lo necesitan.

Hace diez años, en la época de la crisis asiática, se habló mucho de la necesidad de reformar la arquitectura financiera mundial. Es evidente que se hizo poco, demasiado poco. En esa época, muchos pensaban que lo que de verdad buscaban esos nobles llamamientos era impedir una auténtica reforma: los que se habían beneficiado del sistema anterior sabían que la crisis pasaría y, con ella, las demandas de reforma. No podemos permitir que eso vuelva a ocurrir.

Quizá estemos de nuevo ante una situación como la de Bretton Woods. Las antiguas instituciones han reconocido que la reforma es necesaria, pero se mueven tan lentas como los glaciares. No hicieron nada por impedir la crisis actual y preocupa que no sean capaces de reaccionar eficazmente ahora que arrecia.

Tuvieron que pasar 15 años y una guerra mundial para que el mundo se reuniera a abordar las debilidades del sistema financiero común que contribuyó a la Gran Depresión de 1929. Esperemos que en esta ocasión no nos cueste tanto tiempo, ya que, dado el grado de interdependencia global, simplemente los costes serían demasiado elevados.

Sin embargo, mientras que el antiguo Bretton Woods lo dominaron Estados Unidos y Gran Bretaña, el panorama global actual es notablemente distinto. De igual manera, las antiguas instituciones de Bretton Woods acabaron definiéndose a partir de un conjunto de doctrinas económicas que ahora se han revelado fallidas, no sólo en los países en vías de desarrollo, sino en el propio núcleo del capitalismo. La inminente cumbre mundial, para conducir realmente a la creación de un orden financiero más estable y equitativo, deberá enfrentarse a estas nuevas realidades.

Fuente: El País.com
Autor: Joseph E. Stiglitz, catedrático de Economía de la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía en 2001, es coautor, junto a Linda Bilmes, de The three trillion dollar war: the true costs of the Iraq conflict. © Project Syndicate, 2008. Traducción de Jesús Cuéllar Menezo.

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domingo, 9 de noviembre de 2008

'Hologramas', pantallas táctiles...

Las cadenas de EE UU usan las tecnologías punteras y ponen en práctica las ideas más novedosas en las retransmisiones electorales para captar audiencia
Las cadenas han tratado de igualar con una orgía de novedades visuales la importancia histórica de unas elecciones para las que llevaban meses preparándose. La NBC fue probablemente la que desplegó la imagen más galáctica. Utilizando el llamado sistema Brainstorm 3D, hasta ahora exclusivo de Hollywood, consiguió que sus periodistas interactuaran físicamente con los datos electorales en un estudio con fondos virtuales que emulaban el Capitolio estadounidense y donde los números y los gráficos aparecían y desaparecían frente a ellos a velocidades de vértigo.


Lo más surrealista

La cadena Fox creó cubos en 3D en cuyas diversas paredes se mostraban pantallas en las que se veía a otros presentadores situados en diferentes estudios. Las pantallas táctiles fueron utilizadas prácticamente por todas las cadenas, aunque las de la CNN, de gran tamaño, fueron las más llamativas. Fue esa cadena la que protagonizó el gran momento de surrealismo tecnológico de la noche: la entrevista que el periodista Wolf Blitzer le hizo en directo a la reportera Jessica Yellin, que apareció en Washington bajo forma de holograma cuando en realidad estaba en Chicago (ver vídeo).

En medio del recuento de votos, la CNN pidió a sus espectadores que miraran con atención lo que iba a ocurrir: conectó en directo con Yellin, quien, emulando a Obi-Wan Kenobi en La guerra de las galaxias, se materializó desde Chicago en su versión virtual en medio del estudio neoyorquino de la CNN. "Eres un holograma fantástico", le dijo sonriente Blitzer mientras la reportera, rodeada de un trémulo halo de luz, hacía bromas comparándose con la princesa Leia (de la misma película).

Horas después, el periodista Anderson Cooper teletransportaba desde esa misma ciudad hasta su estudio a will.i.am, el músico que le hizo la canción al Yes we can de Obama.

En realidad, el supuesto holograma, que ha sido objeto de mofa entre los mejores comediantes del país, -desde Jon Stewart a Jay Leno- no ha conseguido la buena prensa que la CNN esperaba: la mayoría de las publicaciones dedicadas a la tecnología han atacado el invento, entre otras cosas porque en realidad no es un holograma aunque así lo haya querido llamar la cadena.

Un holograma es la reproducción de una imagen en tres dimensiones. Se construye utilizando luces de láser que graban una película fotosensible y que al recibir la luz adecuada proyectan la imagen en tres dimensiones y permiten verla a quien está frente a ella. Según explicó la CNN a través de David Bohrman, su vicepresidente, la técnica utilizada en este caso se basa en el uso de una sala redonda con fondos neutros verdes donde se han colocado 35 cámaras de alta definición situadas a 15 centímetros de distancia cada una, a la altura de los ojos y ocupando un espacio de 220 grados alrededor del sujeto. Después esa imagen se retransmite por satélite y se reconstruye por ordenador. Se hace lo mismo con la información meteorólogica: los espectadores ven un mapa detrás del hombre del tiempo pero en realidad no hay nada. Tras él hay una pantalla verde -el chroma key- sobre la que se puede mostrar cualquier cosa, en este caso una persona.

"Los presentadores del tiempo llevan años utilizando la pantalla verde pero eso se hace con una sola cámara. Ahora lo podemos hacer con 35 cámaras a la vez por lo que puedes enviar a una persona", explicó Chuck Hurley, quien dirigió la operación para la CNN. Y al igual que hacen los hombres del tiempo, que hablan de nubes y claros utilizando como referencia una pequeña pantalla que el espectador no puede ver, el periodista que entrevistaba a los hologramas tampoco podía verlos, su única referencia era un círculo en el suelo y un pequeño monitor que retransmitía su imagen real. Si hubieran sido realmente hologramas Blitzer no hubiera mirado hacia el vacío sino hacia la imagen tridimensional.

La cadena no desveló el coste de la tecnología utilizada, proporcionada por la empresa israelí SportVU, que está creando nuevas fórmulas para grabar partidos de fútbol con efecto de la película The Matrix, es decir, con perspectiva de 360 grados en las repeticiones de las jugadas. No obstante, el encargo de la CNN ha retrasado el lanzamiento de esa aplicación que aún no tiene fecha de estreno.

Fuente: El País.com
Autor: BARBARA CELIS - Nueva York

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sábado, 8 de noviembre de 2008

'Poder negro'

Ahora se ha visto que el verdadero poder negro tenía poco que ver con aquellas panteras de Harlem, conducidas por Malcom X, quien fue abatido a tiros en 1965. Ni tampoco con el gesto de los atletas Tommie Smith y John Carlos, que levantaron el puño enfundado en un guante negro en lo alto del podio durante los Juegos Olímpicos de México.

Puede que el sueño de Martin Luther King, baleado igualmente en Memphis en 1968, haya servido de sedimento moral al triunfo de Barack Obama, pero los peldaños que lo han conducido hasta la Casa Blanca han sido construidos por una larga seducción estética de la gente de esa raza, que al margen de la rebeldía, ha aflorado ahora políticamente desde el inconsciente de la sociedad norteamericana. Los blancos de Estados Unidos ya habían entregado su alma al jazz desde el inicio del siglo pasado. Louis Armstrong, Billie Holliday, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Ray Charles, Charlie Parker y muchos más, pese a vivir machacados, fueron héroes y su música aceptada como expresión de la libertad acompañó a los marines hasta Europa en la II Guerra Mundial. El swing está asociado al desembarco de Normandía. El mítico atleta negro Jesse Owens, nacido en Alabama, ya conquistó cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 y obligó a Hitler a abandonar la tribuna. Cassius Clay pasó del boxeo a la mística sufí, Magic Johnson y Michael Jordan han demostrado que el cuerpo puede volar, Carl Lewis batió todos los récords de velocidad, las hermanas Venus y Serena Williams han sido imbatibles en tenis, Tigre Woods es el número uno en golf. La admiración que los deportistas de esa raza han despertado entre sus conciudadanos blancos ha terminado por pasar desde la musculatura al cerebro. Barack Obama se ha elevado en el último peldaño del podio político como un atleta más, en sus mítines ha sido aclamado como lo fueron los grandes del jazz después de un concierto memorable. La música negra es el alma de Norteamérica. No ha sido la rebeldía social sino un estilo el que ha triunfado. Puede que el mundo se hunda, pero en la fiesta del 20 de enero, cuando entre Obama en la Casa Blanca, sonará el leve milagro del swing y va a parecer que todo se ha salvado.

Fuente: El País.com
Autor: Manuel VICENT

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martes, 4 de noviembre de 2008

BARACK OBAMA nuevo presidente electo de los EE.UU


  • Martes Negro (titulo de portada) Barack Obama, el primer presidente negro en la historia de los EE.UU. Critica, Argentina.
En unas elecciones históricas y con una asistencia récord a las urnas, el demócrata Barack Obama venció al republicano John McCain por 334 electores contra 155 y se convirtió en el primer presidente negro de los Estados Unidos, 45 años después del movimiento social y civil que llevó a Martin Luther King y a más de un millón de peregrinos a esbozar su "sueño" de igualdad entre todos los norteamericanos...

  • Obama presidente y ya cambio la historia. El País, Uruguay

"¡Change, change!" "¡Obama, Obama!". Los gritos atronaron el Parque Grant de Chicago. Se oyeron cantos, se vieron lágrimas. Las cadenas televisivas acababan de hacer el anuncio. Barack Obama había ganado las elecciones de Estados Unidos.Un final histórico para unas elecciones históricas, luego de una campaña de 21 meses. El del demócrata Barack Obama era también un triunfo anunciado, que revoluciona la historia política del país y lleva por primera vez a un hombre de raza negra a la Casa Blanca...

  • Obama culmina el sueño de cambio.El País, España

Obama lo ha conseguido. En medio de una expectación mundial, los estadounidenses han aceptado el reto de cambio propuesto por el candidato demócrata a la Casa Blanca al otorgarle una clara victoria en las elecciones celebradas este histórico martes, 4 de noviembre, en Estados Unidos, lo que le convierte en el primer presidente negro de la historia de este país.

  • Ganó Obama y EE.UU. tendrá su primer presidente negro. Clarín, Argentina.

Logró un triunfo histórico con el que pone fin a ocho años de gobierno republicano. Se impuso en los estados del noreste, el norte y el oeste. En el centro y el sur votaron mayoritariamente por McCain. Deberá dirigir un país que tiene dos guerras en el extranjero y la mayor crisis económica en más de 70 años...

  • El "yes, we can" se hizo realidad. 20minutos, España

Se cumplieron todos los pronósticos... y se hizo historia. Siglo y medio después de la abolición de la esclavitud, Barack Obama, de 47 años, se ha convertido en el primer presidente negro de los Estados Unidos, al vencer al republicano John McCain, según todas las proyecciones de las principales cadenas de televisión estadounidenses...

  • "Si alguien tenía dudas de que en EE.UU. todo es posible, esta es su respuesta", dijo Obama. Perfil, Argentina
Ante una multitud en Chicago, el demócrata habló de esperanza, democracia, libertad y llamó a dejar de lado diferencias políticas. La esencia del mensaje positivo que lo llevó al Salón Oval....

  • Barack Obama es el nuevo Presidente de EEUU: "Estados Unidos es un país donde todo es posible". La Tercera, Chile
Rodeado por miles de seguidores en el Parque Grant, donde se realiza una megafiesta para celebrar el resultado de las elecciones, el flamante Presidente agradeció el apoyo de los millones de estadounidenses que lo apoyaron y sostuvo que "el triunfo les pertenece"...

"Sí, podemos", repitió una y otra vez Barack Obama tras asegurarse la presidencia de Estados Unidos, durante una bulliciosa celebración en Chicago ante miles de simpatizantes que vibraron al son del histórico momento...
  • Negro, joven y reformista, Barack Obama ya es el nuevo presidente. La Republica, Uruguay

Donde nació la crisis mundial, nace una voluntad de cambio. Entre las cenizas de un sueño belicista que se hizo pesadilla, la gente simple eligió el cambio...

  • 'El cambio ha llegado a Estados Unidos", dijo Obama en su primer discurso como presidente electo. El Tiempo, Colombia

En medio de decenas de miles de personas concentradas en un parque de Chicago, el senador demócrata dijo que pese a las dificultades que enfrentarán, 'seré honesto'.

  • EE.UU. vota por el cambio. La Hora, Ecuador

El demócrata Barack Obama logró una victoria histórica en las elecciones de Estados Unidos y se transformó el primer afroamericano electo presidente, informaron anoche los canales de televisión estadounidenses. La elección de Obama es histórica, en un país donde los afroamericanos no tenían derecho al voto hace apenas un medio siglo...

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EE UU elige hoy entre pasado y futuro

La carrera hacia la Casa Blanca - El día decisivo.
McCain representa la honestidad y la figura del héroe; Obama, la ilusión de cambio - El demócrata se beneficia de la necesidad colectiva de pasar página.

Concluida la más larga y apasionante campaña electoral de la historia, el pueblo estadounidense está obligado hoy a optar entre un cambio sin precedentes que promete dibujar un nuevo escenario en este país y en el mundo o una ligera corrección del rumbo seguido en los últimos años. Barack Obama y John McCain representan dos visiones distintas de la vida y de la política, dos generaciones. Ambos son, en diferente medida, símbolos de la grandeza de esta nación. Pero, mientras McCain basa su credibilidad y su fuerza en el pasado, Obama es el mejor testimonio posible del futuro.

Con todos sus altibajos y con todas sus dificultades, esta campaña ha permitido descubrir a dos grandes personalidades. Una, la de McCain, más conocida. Su leyenda de preso en Vietnam, su tradición de independencia, de contestación y de honestidad intelectual, estaban acreditadas desde hacía tiempo y, probablemente, conseguirán sobrevivir a una campaña republicana muy mal diseñada estratégicamente; otra, la de Obama, desconocida para el gran público. Pero hoy su figura esbelta y su voz de barítono forman parte de la cotidianidad de los norteamericanos, que han descubierto en estos casi dos años a un político tranquilo, bien preparado y, en última instancia, confiable.

"Las encuestas hablan de un electorado que ha llegado a la conclusión de que Obama será un buen presidente. Las dudas que prevalecían al principio se han desvanecido", afirma Peter Hart, el responsable de la encuesta publicada ayer por The Wall Street Journal que le da al candidato demócrata ocho puntos de ventaja.

Es relevante el hecho de que también puede deducirse de la mayoría de las encuestas que McCain sería un gran presidente. Aunque éste ha ofrecido algunos perfiles inquietantes en la campaña, como su carácter impulsivo y su pasividad al aceptar el juego sucio. Pero los ciudadanos parecen retener todavía la imagen del político que apareció el sábado por la noche en el programa de televisión Saturday Night Live riéndose de sí mismo, de su partido y de su campaña, un político entrañable a quién es fácil querer.

No ha sido ésta una batalla entre el bueno y el malo. No llegan hoy los estadounidenses a las urnas con la duda sobre qué figura les ha inspirado o cuál merece más confianza. Obama es el claro favorito a la victoria, no porque su rival haya fracasado, sino porque él representa el futuro y McCain, por su edad, por su historia, por su mensaje, es el pasado. Un pasado no necesariamente aborrecido por electores o, al menos, no en todas sus facetas. Hay aspectos del patriotismo y la entrega de McCain que muchos votantes de Obama admiran y quisieran incluso ver en su propio candidato.

Pero el tiempo en el que McCain le ha tocado pedir la confianza a sus conciudadanos para ser presidente no es su tiempo; es el tiempo de Obama. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta la fecha han pasado demasiadas cosas -demasiadas cosas malas- como para que los norteamericanos no deseen pasar la página.

La popularidad del Gobierno de George W. Bush es raquítica -poco más del 20%- y el empacho de conservadurismo (especialmente de sus expresiones más toscas, como Guantánamo, las torturas, las escuchas telefónicas, la invasión permanente del espacio privado, los abusos de poder, la indiferencia ante el dolor de Nueva Orleans, la insensibilidad ante el deterioro de las condiciones económicas) resulta evidente.

El senador McCain no ha estado ligado a todas esas políticas. Incluso ha sido detractor de algunas de ellas. Pero su etiqueta partidista le pesa hoy más de lo que él quisiera, y su propia biografía no deja de ser una muestra de aquellos tiempos que millones de norteamericanos quieren dejar atrás.

La alternativa que encuentran no es fácil: un negro con escasísima experiencia, hijo de un inmigrante que se desentendió de él cuando era niño, con un nombre suajili y un segundo apellido tan explosivo en esta época como Husein.

Ésa es la apuesta que los estadounidenses tienen que hacer si quieren optar por el futuro. Algunos de los rasgos personales de Obama lo certifican como una opción muy arriesgada, pero, al mismo tiempo, acentúan su dimensión de cambio y, en todo caso, si las encuestas no fallan, se trata de un riesgo que los estadounidenses están dispuestos a correr.

¿Qué puede nacer de esa victoria? Muy difícil de saber. Pero es más fácil responder a ¿qué puede surgir de esta campaña que acabó ayer? De esta campaña no va a surgir, por ejemplo, un Gobierno revanchista de izquierda que deshaga por deshacer y que castigue o premie con arbitrariedad ideológica. De esta campaña va a surgir con alta probabilidad un país más unido.

Algunas voces conservadoras extremistas están alertando del riesgo de que una presidencia demócrata, sumada al refuerzo de la mayoría de ese partido en el Congreso, instaurará un régimen de partido único que amenazará las tradiciones norteamericanas. Otros radicales del otro bando se frotan las manos ante la oportunidad que se le presentan a los sindicatos y a los activistas de izquierdas. Obama ha advertido a ambos lados que se olviden. Ha prometido gobernar desde el centro, integrar a republicanos -incluso en altas instancias de Gobierno- y liderar el cambio para un país que, en su mayoría, parece mirar hacia el futuro, pero hacia un futuro con estabilidad.

Fuente: ElPaís.com
Autor: ANTONIO CAÑO - Washington
Cartoon: Daryl Cagle / caglecartoons.com

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domingo, 2 de noviembre de 2008

Dios, racismo e ideas. Por Moisés Naim

Sin el apoyo de la derecha cristiana estadounidense es imposible ganar una elección presidencial en ese país. La campaña electoral del 2008 será definida por el choque entre ideas diametralmente opuestas acerca de política internacional, economía y salud pública. Estados Unidos no está preparado para elegir a un negro como presidente.

Nada de esto resultó ser cierto. Hoy sabemos que Dios, el racismo y las ideas no fueron los protagonistas fundamentales de estas elecciones. Fueron desplazados por la crisis económica, la historia personal de los candidatos, el fracaso de George W. Bush y el uso avanzado de Internet como fuente de fondos, difusión de mensajes y reclutamiento de activistas.

Ni Barack Obama ni John McCain se refirieron tanto a Dios en sus discursos y mensajes publicitarios como lo hicieron sus predecesores en elecciones anteriores o sus rivales en las elecciones primarias de sus partidos. Los líderes más poderosos de la maquinaria político-religiosa de la derecha estadounidense fueron menos influyentes en estas elecciones de lo que han sido por décadas. Su principal triunfo fue la imposición de Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia y quien inmediatamente metió a Dios en sus discursos. Explicó, por ejemplo, que los soldados estadounidenses van a Irak a cumplir una "tarea de Dios", quien, según ella, "tiene un plan bien definido al respecto". Pero mientras este tipo de mensajes antes era común, en esta campana fue infrecuente. Dios fue exiliado de esta campaña electoral

Y el racismo también. Un negro, hijo de un inmigrante sin fortuna, puede sólo con su talento y su esfuerzo llegar a la presidencia de Estados Unidos. El color de su piel no ha sido el obstáculo insalvable que el mundo entero suponía que destruiría la carrera política de Obama. ¿Quiere decir esto que en Estados Unidos no hay racismo y que el color de la piel de Obama no jugó papel alguno en la elección? Por supuesto que no. Pero el hecho es que, para millones de estadounidenses que lo apoyan, la raza de Obama ha importado menos que otros factores. Esto es más sorprendente para el resto del mundo que para los estadounidenses. Fue siempre más difícil ver a Obama victorioso para un británico que sabe cuán lejos está su país de elegir como primer ministro al hijo de un paquistaní, o para un español que sabe que falta mucho para que un descendiente de marroquíes se instale en la Moncloa o para el japonés que sabe imposible que un hijo de coreanos llegue a estar a cargo del Gobierno. Desde esta perspectiva, que un negro pueda llegar a ser el presidente de los Estados Unidos era simplemente inimaginable. Esto nos dice más del racismo que hay en el resto del mundo que el que aún persiste en Estados Unidos.

A las ideas tampoco les fue bien en estas elecciones estadounidenses. En momentos en que el mundo ha perdido anclajes fundamentales en la economía, la geopolítica, la sociedad o el medioambiente, McCain y Obama no se destacaron por la originalidad de las ideas en las que fundamentaron sus propuestas electorales. En esta campaña las ideas fueron poco importantes a la hora de definir los resultados. Obama y McCain hicieron lo posible por diferenciar sus propuestas y, en muchos sentidos, sus ofertas son diferentes. Pero el país no se ha enterado. Muy pocos votantes saben en qué se diferencian las políticas económicas de McCain de las de Obama o cómo varían las reformas al sistema de salud que propugnan, o en qué son diferentes las maneras en que proponen relacionarse con China.

Los eslogans y las frases simples son la norma en todas las elecciones en todas partes. Son raros los comicios donde la discusión a fondo de propuestas tiene el protagonismo. Por más importantes que sean, las ideas siempre son más aburridas que las conversaciones sobre la personalidad, el carácter y la vida de los candidatos. ¿Qué ideas pueden realmente competir, en una conversación de sobremesa, con las espectaculares historias personales de McCain y Obama? ¿O con la historia de la Palin desollando alces en Alaska?

Las elecciones estadounidenses de 2008 introdujeron muchas novedades. Desde el inesperado ascenso de candidatos que no contaban con el apoyo de las élites tradicionales de sus respectivos partidos hasta una gran cantidad de innovaciones en el uso de Internet como instrumento para organizar la actividad política. Naturalmente, la novedad más trascendental es Barack Obama. Y esta novedad no sólo impacta en Estados Unidos. A partir de ahora, y en todo el mundo, jóvenes pobres, marginados y hasta aquellos abandonados por su padre han sido informados de que ascender los picos más altos no es un sueño imposible. Sí se puede.

Fuente: ElPaís.com / 10.02.08
Autor: MOISÉS NAÍM La carrera hacia la Casa Blanca

  • Excelente análisis de Moisés Naim en El País de España. No es noticia sobre los excelentes columnistas y analistas de el diario mas leído y seguramente el mas importante de habla hispana. No intento quitarle lectores, cada vez que tomo -ja ja, obviamente imposible- una de sus notas "prestadas" sino realmente reconocer y resaltar aquellas notas trascendentes... por el bien del pensamiento, por el bien del conocimiento, por el bien de todos... Tato

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sábado, 1 de noviembre de 2008

BREVE HISTORIA de EE.UU. Extracto de 'Bowling for Columbine' de Michael Moore



Bowling for Columbine es una película dirigida y protagonizada por Michael Moore. Ganó un Oscar a la mejor película documental y ha sido admirada y repudiada casi por igual. Se empezó a proyectar el 11 de octubre de 2002.

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