OPERACIÓN REDIMENSIONAMIENTO / OJO ADVENTISTA.
La mayoria de los articulos de "Estatologico" estan siendo transferidos a dos nuevas secciones de Ojo Adventista: OPINIONES del MUNDO y NUEVO ORDEN MUNDIAL.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Paul Krugman cree que el final de la crisis está lejos.

En declaraciones a la cadena SER, el Nobel de Economía afirma que es probable que aparezcan nuevos escándalos como el 'caso Madoff.

El economista Paul Krugman, último premio Nobel de Economía, cree que el final de la actual crisis económica es aún "lejano" y considera probable que aparezcan nuevos escándalos financieros como el de Madoff, así como la nacionalización de más bancos en EEUU. Así lo ha señalado en una entrevista concedida este viernes al programa radiofónico Hora 25 Global, que emite Cadena SER.

"La crisis es peor de lo que había pensado. Yo pensé que íbamos a tener problemas con la caída del mercado inmobiliario, pero la escala misma desde luego de dicha crisis es una gran sorpresa. Bueno, las cosas son tan malas como se dicen, sí, esto es una depresión muy fuerte, y yo creo que va a ser la peor depresión desde la última depresión", ha declarado Krugman, que cree que, aunque se producirán algunas mejoras, "quizás a finales de 2009", será difícil establecer cuándo se logrará una recuperación plena.

Además, el Nobel considera probable que salgan a la luz nuevos escándalos como el caso Madoff. "Casi seguro veremos más situaciones de esta índole, porque cuando se cae la casa encuentras los esqueletos en el armario", dice.

Por otro lado, Krugman ha calificado de "necesaria" la decisión de la Reserva Federal estadounidense de recortar los tipos de interés hasta prácticamente cero, pues cree que "la mejor forma de evitar una depresión de este tipo es responder con cierta agresividad en un momento temprano", aunque no ha entrado a valorar las posibles repercusiones a medio plazo de la decisión de Bernanke y su equipo.

Obama no lo tendrá fácil

Respecto al futuro inmediato que espera a Estados Unidos tras la llegada de Obama a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero, el economista ha mostrado su preocupación por la velocidad en la implantación del paquete de medidas adelantado por el presidente electo para reactivar el mercado laboral y crear empleo, pues considera que "es muy difícil implantar un programa de este tipo en menos de seis meses" y apuesta por que tardará al menos un año.

Krugman cree también que la Administración Bush no ha ayudado mucho en la solución de los problemas. Aunque afirma que el presidente saliente no causó la crisis, reconoce que no ayudó a prevenirla y que su Administración impidió la correcta regulación del mercado. En este sentido, opina que Bush no ha sido un buen presidente "desde el punto de vista económico, ni desde ningún punto de vista".


Fuente: El País.com
Viñeta: Eneko para 20minutos.es
Paul Krugman (28 de febrero de 1953) es un economista, divulgador y periodista norteamericano, cercano a los planteamientos neokeynesianos. Actualmente profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton. Desde 2000 escribe una columna en el periódico New York Times. En 2008 fue galardonado con el Premio Nobel de Economía.

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sábado, 20 de diciembre de 2008

Promesas, promesas. Por Juan Gelman

Rara vez un cambio se ha parecido tanto a una continuidad.
El presidente electo Barack Obama prometió varias cosas antes de serlo. Por ejemplo, terminar la guerra con Irak, que en 2002, en la Plaza Federal de Chicago, calificó de “estúpida”, “imprudente” y “basada en la pasión, no en la razón”. Fue un eje principal de su campaña y, sin duda, le ganó millones de votos. La promesa se está diluyendo: esta semana declaró: “Dije que retiraría de Irak nuestras tropas de combate en 16 meses, en el entendimiento de que podría ser necesario –probablemente necesario– mantener una fuerza residual a fin de proporcionar entrenamiento y apoyo logístico para proteger a nuestros civiles en Irak” (The New York Times, 4-12-08). “El residuo”, al parecer, no será pequeño: el ex secretario de Marina Richard Danzig –uno de los asesores de Obama en materia de seguridad– había ya declarado que sería de 30 mil a 55 mil efectivos. Algunos dicen que la cifra podría llegar a 70 mil, casi la mitad del número actual. Hay residuos así.

Pocos creen que la retirada se llevará a cabo en el lapso prometido y que el último soldado norteamericano dejará suelo iraquí el 31 de diciembre del 2011, según lo pactado con el gobierno de Bagdad. Unos 20 halcones demócratas –la mayoría de la vieja guardia clintoniana de los años ’90– dominan el equipo de seguridad y política internacional de Obama y no falta un legado significativo de W. Bush: el reconfirmado jefe del Pentágono Robert Gates, un insistente partidario de ganar la guerra en Irak como objetivo mínimo. Ahora está “menos preocupado” –dijo– por las promesas de campaña del presidente electo, dado que éste comentó que la retirada de Irak se haría de manera “responsable” y que dependerá de la opinión de los jefes militares (rawstory.com, 2-11-08). En esas condiciones, tal vez no haya sido un trabajo pesado tranquilizar a un belicista de la talla de Gates.

El senador Lindsey Graham, el almirante Nike Mullen, jefe de Estado Mayor Conjunto, y otros “halcones-gallina” republicanos elogiaron estos nombramientos de Obama (www.timesonline.co.uk, 1-12-08). No es para menos: tienen un firme bastión en Hillary Clinton, la nueva secretaria de Estado, acérrima partidaria de la invasión a Irak y Afganistán y de atacar a Irán con bombas nucleares. Se recuerda su propia confesión: “Llamé por teléfono (a su esposo presidente) y lo urgí a bombardear (Yugoslavia)” en el marco de la OTAN; los bombardeos duraron 74 días y a nadie perdonaron. Cabe señalar que la era de Bill no fue precisamente pacifista: a poco de instalarse en la Casa Blanca bombardeó Irak en 1993; logró que la ONU le impusiera a Saddam Hussein un embargo que costó la vida de medio millón de niños iraquíes; atacó a Sudán y Afganistán; desestabilizó a Haití; militarizó la ambigua lucha contra los narcotraficantes que se ha convertido en contrainsurgencia y que no ahorra vidas de civiles inocentes en América latina; apoyó la privatización de las operaciones militares norteamericanas otorgando enjundiosos contratos a la industria armamentista; autorizó la venta de armas a países como Indonesia y Turquía, utilizadas en el genocidio de kurdos y habitantes de Timor Oriental. Un record que el olvido suele abrigar.

Obama nombró jefe del staff de la Casa Blanca a Rahm Emanuel, admirador de las ejecuciones extrajudiciales israelíes, impulsor del servicio paramilitar obligatorio para todos los estadounidenses de 18 a 25 años de edad, del aumento de los efectivos de las fuerzas armadas y de la creación de un sistema de espionaje semejante al MI5 británico. Está en buena compañía: el general (R) James L. Jones, ex comandante del cuerpo de marines y amigo personal del derrotado candidato republicano John McCain, será el asesor jefe de seguridad nacional y es difícil suponer que el hecho de pertenecer al directorio de Boeing no influirá en sus decisiones. Susan Rice, la próxima embajadora de EE.UU. ante la ONU, apoya una intervención militar en Sudán por la crisis de Darfur, de preferencia con la participación de la OTAN. Etc., etc.

Barack mismo ha anunciado objetivos de guerra que poco cambian las políticas de Clinton y de ambos Bush: el incremento de la guerra en Afganistán; el eventual mantenimiento por largo rato de un número ingente de efectivos en Irak; la intervención unilateral en Pakistán; el empleo de ejércitos privados en las zonas donde combate EE.UU.; entre otras cosas. Su vice Jose Biden no es un demócrata cualquiera: como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, sostuvo las mentiras de W. desestimando en el 2002 los testimonios de expertos que señalaban que Irak no tenía armas de destrucción masiva ni constituía una amenaza para la región “y mucho menos para EE.UU.” (www.alternet.org, 20-11-08). Rara vez un cambio se ha parecido tanto a una continuidad.


Fuente: La Bitácora de Gelman
Autor:
Juan Gelman (Buenos Aires, 3 de mayo de 1930), poeta y periodista argentino. Es probablemente el más importante poeta vivo de Argentina y ganador del Premio Cervantes en su edición de 2007.

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domingo, 14 de diciembre de 2008

Falta liderazgo frente a la crisis mundial

Análisis de Julio María Sanguinetti para El País (España)

Cuando Estados Unidos seguía ejerciendo de superpotencia, el dólar se caía y los Gobiernos latinoamericanos se desvivían ante la revaluación de sus monedas. Pasaba en Brasil, en Argentina, en todas partes. Los exportadores de materias primas y alimentos no se quejaban demasiado porque sus precios volaban por las alturas, pero los fabricantes de manufacturas industriales insistían en que no podían competir. Hasta que un día se vino la crisis de Wall Street, se derrumbó la catedral del mundo capitalista y el dólar comenzó a subir en el mundo entero. Subía frente al euro y, naturalmente, frente a todas nuestras monedas. La sola excepción era el yen.

Desde entonces el problema se ha invertido: los Gobiernos tratan de impedir una subida brusca del dólar. Es verdad que todos habían revaluado sus monedas en función de los fabulosos precios de sus exportaciones; en el caso contrario, la inflación se les habría ido a las nubes. Pero ahora, con la caída de los precios, o ayudan a los exportadores con una devaluación mayor, o ellos entran en crisis y paralizan la producción. Brasil -la economía mayor de la región- ha devaluado un 45%; México y Chile, aproximadamente un 28%. En Argentina, incluso, se ha llegado a que el Gobierno reclame de los bancos -coactivamente- información sobre quiénes compran dólares y, así, organizar su apriete para que no lo hagan.

Ahora bien, el dólar no sólo se revalúa en nuestra América Latina. También ocurre sobre el euro (más de un 15%) y la aparente paradoja no lo es. La economía no es sólo racionalidad de costos y beneficios, inversiones y rentabilidad. Incluye poderosos factores psicológicos, en los que el factor seguridad es fundamental. Ya Adam Smith hacía referencia a este aspecto en su Teoría de los Sentimientos Morales, pero más modernamente hay economistas que han desarrollado la teoría de las expectativas, explicando las tendencias del mercado más por lo que se espera que por aquello que se ve. Es lo que ocurre en el caso: se habrá caído Wall Street, pero si Estados Unidos no sale del atolladero, menos saldrá el resto.

Es lo que siente el inversor común e incluso el sofisticado operador cambiario, hoy notoriamente devaluado por los desastres de los que es parte protagonista. Se advierte que el peso de la economía norteamericana sigue siendo decisivo y se reconoce que esa mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios le permitirá zafarse cuanto antes. Detrás de todo, naturalmente, está su competitividad, que nace de la modernidad de la gestión, de la rápida incorporación de tecnología y de la producción innovadora, sustentada en su predominio en patentes de invención.

Mientras tanto, nuestro escenario exhibe todavía incongruencias formidables. Cuando el secretario de Comercio argentino inspecciona mesas de cambios, en actitud policíaca, naturalmente cunde el pánico. Podrá circunstancialmente apaciguar la tendencia alcista, pero no se puede tapar el cielo con un harnero y ella recrudecerá. Cuando Ecuador anuncia el default de sus intereses de deuda externa y hace pública su voluntad de reprogramaciones unilaterales de vencimientos, enciende luces rojas en muchos tableros. Ni hablemos de las señales venezolanas, que se suman para configurar un panorama que nos hace daño a todos.

Es verdad que quienes tienen poder de decisión en estos temas, sea en la organización internacional o en la banca privada, cada vez discriminan más. Saben bien que Brasil, por ejemplo, lleva un manejo muy serio de sus finanzas desde los tiempos de Fernando Henrique Cardozo, continuados por un Lula mimado por la derecha en razón de su moderación y adorado por la izquierda por su origen social. Pese a todo, sin embargo, resulta difícil para la región latinoamericana generar una confianza hacia la inversión cuando aún está en suspenso en el mundo desarrollado.

Para enfrentar una situación de esta naturaleza, se advierte estos días la falta de liderazgo. Cuando hay crisis se mira hacia el Estado y los vilipendiados políticos que lo conducen. Su protagonismo, como dice Felipe González, ha retornado "de la mano del mercado". Y aquí nos encontramos con un Estados Unidos en tránsito, Bush saliendo y Obama entrando, dependiente éste de asesores que llenen su vacío de experiencia. Europa, a su vez, más bien lenta por su estructura, ha venido acompañando razonablemente pero sin marcar un rumbo. Se advirtió en la publicitada reunión del G-20, que no ofreció un rumbo claro y cierto. Dijo lo que todos ya sabíamos: que no se podía incurrir en el error de 1929 y había que mantener la economía real en funcionamiento, que debía realizarse un esfuerzo para reflotar Doha y, por supuesto, reordenar las instituciones financieras internacionales. El "qué" reunía evidente consenso antes de la reunión. Es en el "cómo" donde reina la incertidumbre y allí poco avance se advirtió.

Como dice un personaje de Carlos Fuentes en La Silla del Águila: "Los pueblos juzgan más por lo que ven que por lo que comprenden". Y ése es el tema. No se ve quién está a cargo. Se escucha un coro, no siempre bien concertado. Cuando se ajuste esa partitura, recién comenzaremos a emprender el real camino de la salida. Por ahora, seguimos con medidas parciales, unas más efectivas que otras, pero sin claridad sobre el conjunto.


Fuente: El Pais.com
Autor: Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, es abogado y periodista.
Fotografia: Daylife / Getty Images "They are: (L-R) Sarkozy, U.S. President George W Bush, British Prime Minister Gordon Brown, Canadian Prime Minister Stephen Harper, Russian President Dmitry Anatolyevich Medvedev, Japanese Prime Minister Yasuo Fukuda, Italian President Silvio Berlusconi and EC President Jose Manuel Durao Barroso".

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viernes, 12 de diciembre de 2008

PESADILLAS AMERICANAS, la otra cara del sueño americano.

El sueño americano y el modo de vida del país están en peligro. La crisis económica de hoy ha venido a profundizar unas desigualdades sociales que se estaban gestando.

Casi 40 millones de habitantes del país más rico viven hoy en la pobreza. El sueldo mínimo es el más bajo del último medio siglo. Los recortes de los programas sociales y de los impuestos del gobierno Bush solo han beneficiado a los ricos.

En lugares como Nueva York se ha doblado el número de personas que necesitan ayuda para poder comer, a pesar de que trabajan y ganan un sueldo medio. Los pobres y las clases medias nunca habían estado tan mal.

En los hospitales, los médicos cada día se encuentran con más gente que carece de seguro médico porque no puede pagarlo. Ya son casi 50 millones de personas en todo el país. En algunos lugares los índices de mortalidad se parecen a los de los países más pobres.

El gobierno no tiene dinero para ayudar a su gente, pero si para la guerra. Este es el legado de Bush. Estos son los algunos de los problemas que tendrá que afrontar el próximo presidente de Estados Unidos...

  • Ficha técnica.
Presentación: EN PORTADA, RTVE, 19 de octubre de 2008
Guión: Lucia Oliva
Realizador: Jose Jimenez Pons
Imagen: Ricardo Vallespin
Sonido: Irene Martín
Montaje: Alejandro Cid
Producción: Ana Pastor.
Duración: 42 minutos.

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Declaración Universal de Derechos Humanos en imágenes.

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sábado, 6 de diciembre de 2008

Por qué los profetas no lo vieron venir. Por David Fernández

Los 'gurús' de la economía no anticiparon la crisis por miedo a disentir y por interés. Muchos analistas también viven del negocio.

Imagínese que usted forma parte de una de las instituciones económicas más influyentes del mundo como es la London School of Economics. Imagínese también que ejerce de anfitrión junto con sus colegas durante una visita de la reina Isabel II a la sede del centro. En principio, uno de tantos actos protocolarios de guante blanco. Imagínese que la soberana de todo un Imperio se salta el protocolo para lanzar al aire una pregunta que seguro también se la hace el tendero de la esquina: "¿Por qué nadie ha sido capaz de anticipar la que se nos ha venido encima?". Deje de imaginar. La situación es real, ocurrió el pasado noviembre y ejemplifica cómo la crisis económica ha puesto en evidencia los pronósticos económicos. Hasta tal punto han fallado las previsiones que uno de los pocos que anticipó el crash, Nouriel Roubini, ha traspasado la línea que separa al economista de la estrella del pop y ahora va impartiendo doctrina por medio mundo en conferencias avaladas con cheques de varios ceros.


Simples turbulencias, desaceleración, crisis, recesión, ¿depresión? Esta es la secuencia que han seguido las previsiones de Gobiernos (incluido el español, que hasta bien entrado 2008 se negó a hablar de crisis), organismos internacionales, escuelas de negocios, reputados consultores y gurús de la gestión empresarial. Nadie tiene una bola de cristal para anticipar el futuro. Como decía Karl Popper, "predecir el nacimiento de la rueda es inventarla". Además, una crisis económica como la actual, la peor para muchos desde 1929, presenta varias raíces inéditas que han aflorado al mismo tiempo, lo que complica cualquier análisis. Sin embargo, estas dificultades no deben servir de excusa para esconder que los modelos de estimación económica presentan algunos vicios que limitan sus probabilidades de éxito. Conflictos de intereses, falta de transparencia, miedo a ir contracorriente ("fuera del consenso hace mucho frío", ironiza un experto) o la resistencia a dar voz a los críticos con el sistema económico durante el largo periodo de bonanza porque sus teorías no venden son algunos de estos vicios.

Hace un año este periódico pidió a 15 casas de Bolsa que dijeran en qué nivel se situaría el Ibex 35 en diciembre de 2008. El precio objetivo medio situaba el índice bursátil español en 17.300 puntos. El Ibex 35 está hoy por debajo de los 9.000 enteros. En defensa de los analistas hay que decir que en ese momento la crisis financiera aún no había mostrado su cara más violenta y que la economía real no se había contagiado. Lo que ya tiene menos explicación es que el pasado junio, cuando la metástasis de las hipotecas basura se había extendido por todo el sistema, la venta de optimismo seguía siendo la tónica dominante.

Credit Suisse, UBS, Citigroup, JPMorgan, Deutsche Bank, Goldman Sachs y Exane BNP Paribas son algunas de las firmas de Bolsa más importantes del mundo. En conjunto analizan las acciones de más de 10.000 compañías cotizadas. Pues bien, en junio sólo un 13% de sus consejos eran de vender acciones. El resto de recomendaciones a sus clientes eran de comprar o en el peor de los casos de mantener los títulos en cartera.

¿Por qué cuesta tanto escribir en un informe de Bolsa la palabra vender? "Por la propia estructura del mercado. Una entidad financiera suele tener conflictos entre el análisis y el negocio. Esta situación puede significar que la independencia de los analistas a la hora de emitir sus opiniones se vea limitada", reconoce Rafael Sarandeses, secretario general del Instituto Español de Analistas Financieros. A pesar de entonar el mea culpa, Sarandeses matiza que esta crisis no se debe a los errores de los analistas sino "a los fallos de los supervisores financieros y a las malas prácticas de las agencias de calificación de riesgos".

Sería injusto centrar todas las críticas en los analistas de Bolsa. Sus colegas macroeconómicos tampoco han estado muy finos. En enero de 2007 el consenso de mercado (bajo este concepto se engloban organismos supranacionales como el FMI, el Banco Mundial o la OCDE cuyos juicios deberían estar a salvo de las tentaciones que acechan a las instituciones privadas) preveía un crecimiento del PIB en EE UU y en la zona euro del 3% y del 2,1%, respectivamente. En noviembre de 2008 esas expectativas habían caído al 1,4% y al 1%. "Las crisis ocurren porque son inesperadas. Si todo el mundo las esperase no se materializarían. Además, en este caso nos hemos topado no con una crisis, sino con tres al mismo tiempo: la financiera, la hipotecaria y la económica", se defiende José Luis Martínez, economista jefe de Citigroup en España. Entonces, ¿no cree que haya que ajustar en nada los modelos económicos? "Todos los economistas manejamos varios escenarios. Quizás esta crisis lo que nos enseñe es que debemos aprender a asignar una determinada probabilidad al escenario elegido. No es lo mismo que digamos que va a producirse determinado acontecimiento cuando el margen de acierto que manejamos es de sólo el 40% que cuando asignamos a nuestro pronóstico el 80% de probabilidades. Esta crisis va a forzar una mayor transparencia en las previsiones".

Al calor de cada burbuja suelen surgir teorías que hablan de cambios revolucionarios que transformarán por completo el sistema económico. Estos planteamientos, sin embargo, suelen desinflarse casi a la misma velocidad que la burbuja que los amparó. A finales del siglo pasado se popularizó el concepto de Nueva Economía según el cual el desarrollo de Internet y otras tecnologías harían que pasásemos de una economía industrial a una economía del conocimiento y, como consecuencia de ello, se acabarían los ciclos económicos. Que le pregunten a las personas que hacen cola a cientos a las puertas del Inem si todavía existen los altibajos en economía... Con la burbuja financiera de los últimos años, diferentes think tanks han puesto de moda otra teoría no menos visionaria bautizada con el nombre de decoupling. La corriente de pensamiento que está detrás de este vocablo viene a decir que las reformas estructurales acometidas por los países emergentes les permitirán seguir con su senda de crecimiento con independencia de lo que ocurra en las economías desarrolladas. En los últimos dos meses se ha vuelto a comprobar que cuando las economías occidentales tosen, el resto, como mínimo, se resfría. China echa el freno a su espectacular crecimiento, los inversores castigan las divisas de México y Brasil, Rusia se ve forzada a cerrar en varias ocasiones sus mercados, Argentina desempolva medidas confiscatorias... En fin, todo un déjà vu.

"No creo en los gurús. Es una tendencia a abolir", sentencia José de Rafael, director de la Asociación Española de Empresas de Consultoría. "No se puede opinar más que con altos conocimientos de la situación. Se han corrido muchos riesgos por la proliferación de los mal llamados gurús. Siempre están los arribistas que tiene más pico que los demás, y en un determinado momento sus teorías pueden llegar a convencer". A pesar de la fuerte crítica a los analistas estrella, De Rafael opina que las previsiones económicas en esta crisis no han resultado tan erróneas. "La crisis se veía venir desde hace 14 meses. Lo que los expertos no han sabido anticipar ha sido su intensidad. Además, la raíz de la crisis no es financiera, sino de valores, y esto es imposible de predecir. La codicia y la corrupción han prevalecido sobre la ética empresarial", añade este experto.

El escritor especializado en temas de management Peter Drucker solía decir que el término gurú se había convertido en una palabra bastante popular debido a que la etiqueta alternativa de charlatán era demasiado larga para usarla en un titular periodístico. En los últimos años las conferencias de los grandes expertos en gestión empresarial han desbordado todos los aforos. Cientos de discursos y power points para encontrar la receta del éxito, pero pocas voces que alarmasen sobre lo que se estaba gestando. "Que yo recuerde, de los economistas extranjeros sólo adelantaron la crisis Nouriel Roubini y Paul Krugman mientras que entre los españoles destacan Ignacio Garikano y Xabier Mena", recuerda Alberto Saiz, director de HSM España, empresa especializada en contenidos de gestión empresarial y organizadora de Expomanagement. "Es más fácil subirse a la ola del pensamiento reinante que hacer un estudio profundo de la situación. En este sentido, yo también criticaría la actitud de los medios de comunicación por popularizar algunos mensajes", añade. "La verdad absoluta no la tiene nadie. Nuestra misión es inspirar a los ejecutivos para que encuentren alternativas para desarrollar sus estrategias, no decirles lo que tienen que hacer".

Tanto Saiz como el resto de expertos consultados para este reportaje reconocen que ante el tema de las previsiones, sean estas económicas o de otra índole, las personas se mueven con un marcado sentido gregario y que, al igual que hace dos años era un milagro que un libro de management o un economista crítico se abrieran paso, ahora se corre el peligro, por la ley del péndulo, de que sólo quede espacio para los agoreros. "Los seres humanos queremos oír aquello que se adecúa a nuestros patrones mentales. Si antes lo único que parecía vender eran las noticias buenas, ahora parece que triunfan las previsiones pesimistas", señala el director de HSM. "Tanta incertidumbre obliga a converger en posiciones, se traduce en una cierta opinión consensuada. Aunque con puntuales discrepancias, todos buscamos saber la opinión del de al lado. Ahora puede que corramos el riesgo de irnos al otro extremo: caer en el pesimismo absoluto y no valorar las cosas buenas que se están haciendo", añade José Luis Martínez.

Pero, cuidado, conviene no pasarse de frenada en la teoría del caos. La realidad es tozuda y el éxito efímero. Y si no que se lo pregunten a Ariun Murti, experto de materias primas en Goldman Sachs. En marzo de 2005 Murti predijo que el precio del petróleo daría el salto de 50 dólares a 105 en sólo cuatro años. Se desvió sólo unos meses. La situación del mercado le llevó a doblar su apuesta en mayo pasado, situando el barril de crudo en 200 dólares en sólo dos años. Coincidiendo con este segundo augurio de Murti, el petróleo inició un vertiginoso descenso que le ha devuelto de nuevo a la zona de los 50 dólares.

Otra consecuencia de la crisis actual es que se ha puesto en duda un dogma de fe económico de los últimos años: el poder casi religioso del libre mercado. Incluso en el santa sanctorum del capitalismo como es Wall Street han tenido que hincar la rodilla y rogar una inyección de dinero público para resolver sus pecados. El retorno a políticas de corte más intervencionista ha vuelto a poner de moda al economista británico John Maynard Keynes, partidario de la intervención del Gobierno para estimular la economía.

Pero incluso él también erraba a veces en sus previsiones. Un día tuvo que salir del paso de las críticas de un economista rival que le acusaba de inconsistencia en sus argumentos. "Cuando los hechos cambian, yo cambio mi opinión, ¿qué hace usted, caballero?". Habría sido interesante oír la respuesta que hubiera dado Keynes a la pregunta de la reina Isabel II.


Frases proféticas
LOS QUE NO ACERTARON:

- Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), manifestó en junio de 2008: Nuestro escenario base señala que tendremos un recorte en el crecimiento del área euro durante el segundo y tercer trimestre de este año, para después retornar a la seda de un crecimiento moderado y progresivo en el cuarto trimestre.

- Simon Johnson, entonces economista jefe del FMI, se mostró así de convencido de la solidez de la economía mundial en primavera de 2007. Todos los riesgos que se ciernen sobre nuestras previsiones parecen menos amenazadores que seis meses atrás.

- José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, respondió así en junio a la pregunta de ¿hay crisis o no hay crisis?: Como todo, es opinable y depende de lo que entendamos por crisis. La economía crecía el año pasado por encima del 3,5% y este año va a crecer en torno al 2%.

LOS QUE ANTICIPARON LA CRISIS:

- Nouriel Roubini, profesor de economía en la escuela de negocios Stern (Nueva York) y director de la consultora RGE Monitor, escribió un informe en agosto de 2004 junto a Brad Setser en el que alertaba acerca de que los balances comerciales de las principales economías del mundo eran insostenibles y probablemente provocarían una crisis en el sistema económico en los próximos tres o cuatro años.

- William White, ex economista jefe del Banco Internacional de Pagos (BIS), con sede en Basilea, fue bastante consistente en sus críticas con las políticas monetarias demasiado laxas practicadas por los bancos centrales y las graves consecuencias que podía tener la expansión del crédito barato.

- Joaquín Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, dijo en junio de 2006: El incremento de la deuda de las familias es un serio elemento de riesgo, especialmente a partir de 2008. El precio de la vivienda está sobrevalorado. El endeudamiento de los hogares nos conducirá a una situación cada vez menos sostenible.

Fuente: ElPaís.com
Autor: David Fernández

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miércoles, 3 de diciembre de 2008

EEUU prevé un gran atentado en cinco años

Un informe encargado por el Congreso vaticina un ataque bacteriológico contra una gran ciudad del mundo. Los expertos ven a Pakistán como centro del terror.

De aquí a cinco años, en 2013, es muy probable que se produzca un ataque terrorista bacteriológico contra alguna de las grandes ciudades del mundo, asegura un informe de expertos independientes encargado por el Congreso estadounidense.

El informe, que se redactó antes de los ataques de Bombay, centra muchas de sus preocupaciones en Pakistán, debido a sus redes terroristas, su historia de inestabilidad política y el hecho de que sea una potencia nuclear.

"Pakistán es nuestro aliado, pero existe un grave peligro de que pueda ser una fuente involuntaria de ataques terroristas contra EEUU, posiblemente con armas de destrucción masiva", asegura el panel. "Si hacemos un mapa del terrorismo y de las armas de destrucción masiva hoy, todos los caminos confluyen en Pakistán".

El peligro bacteriológico

El informe, que el Congreso encargó el año pasado, concluye que los terroristas tienen más posibilidades de conseguir armas bacteriológicas que nucleares, pero que la disponibilidad de estas últimas está creciendo rápidamente.

El informe recomienda al presidente electo Barack Obama que tome medidas. "Ninguna misión puede ser más urgente", asegura la Comisión contra la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva y Terrorismo, que tardó seis meses en elaborar sus recomendaciones. "El margen de seguridad de EEUU se está reduciendo, no ampliando", añaden los expertos.

En el tema bacteriológico, asegura que las redes extremistas todavía no tienen acceso a tecnología lo suficientemente avanzada como para construir "bombas patógenas". Pero es cuestión de tiempo y oportunidad. "Estados Unidos debería estar más preocupada por biólogos que se hagan terroristas que viceversa", asegura el informe.

"Sin una acción urgente y decisiva de la comunidad mundial, es probable que se lleve a cabo un ataque terrorista con armas de destrucción masiva en alguna parte del mundo de aquí a finales de 2013", vaticina el informe.

El panel bipartidista del Congreso, presidido por el senador demócrata por Florida, Bob Graham y el republicano de Misouri James Talent, fue una de las recomendaciones de la Comisión del 11-S que debía explorar la causa de los atentados. En la redacción de sus conclusiones entrevistaron a más de 250 expertos gubernamentales e independientes en todo el mundo.


Si los terroristas de Bombay hubieran tenido acceso a armas biológicas o nucleares, advierte Graham, "el número de muertos habría sido mucho mayor".

Pese a ofrecer un panorama aterrador, el panel muestra cierto optimismo al estimar que "el terrorismo nuclear es una catástrofe que se puede prevenir" si se refuerzan las medidas de seguridad de las reservas de uranio y plutonio y se estrecha la coordinación internacional contra el contrabando de tecnología nuclear.

Recomienda para ello que se endurezca el Tratado de No Proliferación Nuclear, se aumenten sus sanciones y se otorguen más poderes al Organismo Internacional para la Energia Atómica (OIEA).

Menciona en este apartado las amenazas de Corea del Norte e Irán. La Comisión recomienda a Barack Obama que adopte una línea dura con Pyongyang y Teherán. En el caso de que decida iniciar contactos diplomáticos, como aseguró a lo largo de la campaña, debería ser "desde una posición de fuerza, insistiendo en los beneficios para ambos de abandonar sus programas nucleares y el tremendo coste si se negaran a hacerlo".

Fuente: Público.es
Fotografía: 20minutos.es / Reuter / Cadena de atentados en Bombay. Un policía acompaña a un ancianos a través de la estación de trenes de la ciudad india, en donde unos pistoleros abrieron fuego contra los pasajeros. Es parte de una cadena de atentados que han dejado cerca de 200 muertos.

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domingo, 30 de noviembre de 2008

El 'dios' del capitalismo era protestante

El espíritu trabajador y ahorrador del calvinismo actuó como factor de desarrollo del liberalismo más salvaje.

A comienzos del siglo XVI, el mundo estaba en un proceso de cambio. Los elementos que configuraban la Edad Media se iban resquebrajando y el hombre entraba en una nueva era. En este mundo moderno, las sociedades occidentales comentaban a evolucionar hacia los estados-nación, el desarrollo urbano, la progresiva pérdida de importancia del gremio y el mayor auge de la banca, la eclosión del racionalismo o el desarrollo científico. Junto a estos factores, la ruptura espiritual fue uno de los elementos de diferenciación de las distintas sociedades.

En Ginebra, las tesis espirituales desarrolladas por Juan Calvino promovían un nuevo modelo social, en el que los asuntos mundanos se sometían a los espirituales. La base se encontraba en el control de Dios sobre todas las facetas humanas. Cada acto realizado por la sociedad, derivaba así de una decisión previamente marcada por el creador.

La predestinación se convertía en eje fundamental de la vida de sus acólitos, ya que el deseo de agradar a Dios te convertiría en un predestinado para poder ganarte su favor.

Gratitud de los hombres

Ricos y pobres no eran más que la cara de un modelo previamente establecido por Dios y el viejo axioma bíblico de "ora et labora" se convertiría en el elemento angular de la gratitud de los hombres por haber sido objeto de la predestinación. El buen creyente era así aquel que "come del fruto de su trabajo", instaurándose una ética del trabajo por la cual al hombre le corresponde trabajar para agradar a Dios, ya que "cada hora perdida es sustraída al trabajo que contribuye a la gloria divina".

El bien y la felicidad surgen por tanto del desarrollo del buen trabajo y bajo esas premisas las sociedades calvinistas desarrollaron un capitalismo primitivo que les permitió atesorar dinero desarrollando la banca y el comercio, así como obtener los bienes necesarios que cubran las necesidades del hombre en el mundo.

El cambio de actitud hacia el préstamo del calvinismo supuso otra enorme contribución al capitalismo primitivo. Esa unión de religión y economía llevó a algunos historiadores a pensar que el modelo calvinista superó al católico en la forma de entender el nuevo sistema de vida capitalista, ya que el préstamo, considerado usurero y penado como práctica de vida del buen cristiano (en España, no se abolió la "deshonra legal" de estas prácticas hasta Carlos III), no recibe una visión negativa por parte del calvinismo, al considerarlo una más de las actividades económicas, ya que se cree que el lucro personal supone un beneficio para el Estado, pues la sociedad, al fin y al cabo, también se está enriqueciendo.

Nueva forma de trabajo

El espíritu calvinista supuso un fenómeno expansivo que provocó el auge de una nueva forma de entender el trabajo en aquellos lugares a los que llegaba. Así, Suiza, Holanda, el impacto hugonote en Francia, las comunidades calvinistas en Alemania o Hungría o los presbiterianos escoceses y los puritanos ingleses que luego emigrarían a Norteamérica supusieron no sólo un nuevo modelo de sociedad espiritual, sino un cambio en la concepción del trabajo y de la economía en aquellos lugares donde fueron asentándose.

Es la tesis que a comienzos del siglo XX defendió el sociólogo y economista Max Weber en su ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Esa ética señalada por el alemán como propia del calvinismo se adivina como uno de los elementos que configuran el moderno capitalismo caníbal, una vez que el elemento espiritual (obtener a través del trabajo los recursos necesarios para vivir) ha sido sustituido por criterios más "racionales".

El objetivo es la búsqueda perpetua del beneficio por encima de otros criterios menos mundanos y que permitan continuar siendo "la potencia más decisiva de nuestra vida".

Fuente: Público.es
Autor: Antonio Martínez. Madrid

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viernes, 28 de noviembre de 2008

Los primeros días de Obama disparan las tensiones raciales, las desconfianzas de adherentes y hasta un alucinado milenarismo cristiano blanco

Obama ganó la presidencia de Estados Unidos con visionarios discursos sobre el fin de las diferencias raciales y el principio de la América armonizada. Sin embargo, según avanzan los días, algo va quedando claro: Ni nada es lo que parece, ni nada es lo que parecía. Una estremecida tensión va invadiendo unos Estados Unidos que, según el guión, debían estar eufóricos por ‘el fin de la historia’ que representaría el senador negro. Nada más lejos de la realidad. El rencor de amplias capas blancas por la inusitada y triunfante coalición de la ‘América diversa’ -negros, hispanos, musulmanes, asiáticos- que las condena a un triste papel de ‘secundones’ como -ya consumada- minoría mayoritaria del país está comenzando a disparar las agresiones racistas. Miles, quizás millones de personas de la América blanca cristiana tradicional consideran que han perdido a su nación y se dejan caer en un aterrado milenarismo que ya ve en Obama a -literalmente- el Anticristo. Y si los musulmanes tuvieran uno -que lo tienen, aunque con distinto nombre-, en Obama también comenzarían a estar viendo el suyo.

Hasta Al Qaeda perdía esta semana su santa paciencia y reaparecía con uno de sus literarios, amenazantes y apocalípticos sermones. Esta vez, Ayman al Zawahri se abandonaba a la retórica racista negra para, con los argumentos de un musulmán afroamericano herético respecto al islam sunita de Al Qaeda como fue Malcolm X, arremeter contra Obama y calificarle de “esclavo negro al servicio de los blancos”. Los insultos del segundo de Al Qaeda no serán nuevos para el nuevo presidente de Estados Unidos. Durante años, Obama coqueteó con personajes próximos al terrorismo militante racista negro, y durante más años todavía el ya presidente electo de los Estados Unidos asistió junto con su mujer y sus hijas a los no menos incendiarios sermones del no menos racista reverendo Jeremiah Wright, y con él rezaba y de él recibía consejos e inspiración espiritual, como el propio Obama reconocía en uno de sus libros, anterior al repudio del violento frenesí del pastor cristiano negro.

Canción infantil: "Asesinad a Obama"

Sin embargo, lejos aparentemente de la vacía y patética histeria de Al Qaeda -aún peligrosa, según los servicios de inteligencia de Estados Unidos-, entre los musulmanes en Estados Unidos ha comenzado a cundir el desánimo, cuando no una fuerte inquietud, por los primeros nombramientos de Obama para su equipo de transición. A pesar del masivo apoyo de las capas musulmanas a la elección del senador por Illinois (ND), probablemente muy pocos serían los que esperaran que colocara a un imán para sustituir a Condoleezza Rice, pero muchos menos pensarían probablemente que, de entrada y para abrir boca, sí nombraría como su jefe de gabinete a un judío militante y abiertamente comprometido con Israel, si no con el sionismo, como Rahm Emanuel. A pesar de que los principales nodos islámicos en Estados Unidos como altmuslim.com -el mismo que participó en la nueva y alterada exacerbación de millones de musulmanes en todo el mundo por la novela ‘La Joya de Medina’ (ND)- aún mantienen la esperanza en que Obama será ‘su hombre’ dentro y fuera de los Estados Unidos, poco a poco van comenzando a matizarse las opiniones, y en esos mismos nodos se comienzan a registrar “preocupaciones” por la deriva del Obama de la transición.

Justo lo contrario ha comenzado, por la misma razón y por los mismos hechos, a registrarse entre los judíos y más notablemente en Israel, donde no se las tenían todas con el senador electo, a pesar de las rotundas afirmaciones de apoyo total de Obama a Tel Aviv frente a un Irán del que la inteligencia israelí sigue previendo que desarrolle armamento nuclear en no más de un par de años, mientras el espionaje no isralelí constanta, en todo caso, un desmesurado incremento en el enriquecimiento de uranio. Pero, más allá de la influida minoría musulmana y de la influyente minoría judía ¿qué sucede con los blancos, la minoría mayoritaria de los Estados Unidos que, en una gran parte, considera que ha perdido el control de su propio país frente a la ‘América diversa’ -y ‘extranjera’- coaligada junto a Obama? Entre las masas conservadoras blancas que optaron por la América más tradicional y segura de McCain -como mal menor, dicho sea de paso-, comienzan a aparecer inquietantes signos de que la tensión racial vuelve a rebrotar a pesar de que muchos intentan 'adaptarse' al 'hecho consumado'. En constantes chispazos por todo el país, pintadas racistas, muñecos negros colgados de sogas y hasta niños de colegio cantando en el autobús escolar “asesinad a Obama” van sembrando de inquietud a quienes confiaban en la América post-racial de un presidente electo del que sólo se destaca la mitad negra que, por otra parte, él siempre quiso destacar en su vida personal y en su trayectoria política.

Obama, el Anticristo y el 'Nuevo Orden' mundial

En paralelo, el milenarismo estadounidense ha rebrotado en toda su crudeza. Para millones de estadounidenses del integrismo cristiano blanco -y no sólo entre los grupos tan espectaculares como los de los manipuladores de serpientes (ND)-, el Obama musulmán en la sombra se ha transformado ya en el Obama Anticristo. Ya meses antes de la noche electoral, cadenas de correos electrónicos se propagaban de forma vírica por todo Internet asegurando que, “según el Apocalipsis”, el Anticristo “será un hombre, en la cuarentena, descendiente de musulmanes, que engañará a las naciones con un lenguaje convincente y que tendrá un masivo parecido con Jesucristo”. Por cierto, estas mentalidades y estos correos no son muy dados a las metáforas, de la misma forma que el islamismo contemporáneo destroza cualquier atisbo místico y gnóstico con su crédula literalidad infantil (ND). En este sentido, cuando estos correos hablan de “parecido” con Jesucristo, se refieren a “parecido físico”, y cuando recuerdan cómo el Apocalipsis menciona que el Anticristo “tendrá autoridad” durante “42 meses” antes de que llegue el Fin, lo relacionan de forma directa con los cuatro años de mandato que le aguarda al “nacido de musulmán”.

Una búsqueda en Google con los términos “Obama Antichrist” devuelve casi un millón de resultados. Las referencias en este sentido se han ido multiplicando de forma exponencial después de que el número ganador de la lotería de Illinois -el estado de Obama- recayera en el Número de la Bestia, el 666, en un ‘hecho’ que no hacía sino recrudecer el paroxismo milenarista en decenas, si no cientos, de sitios web, y en un fenómeno que atraía la atención de los grandes medios estadounidenses. Mientras, decenas de blogs dedicados al tema hacían temblar a sus lectores con las recientes e inquietantes apelaciones de los líderes internacionales a un “nuevo orden mundial”, aparentemente para la economía y los mercados crediticios, pero en realidad para toda una humanidad a la que no queda sino una sola ciudadanía global gobernada por el gran Anticristo negro nacido de musulmán que precederá a un Fin de los Tiempos que nada tiene que ver con teorías políticas históricas y sí con fuego real cayendo del cielo, quizás desde el horizonte donde se oculta el taimado y satánico Teherán.

Fuente: NuevoDigital.com "Desconcierto en los Estados Unidos de la transición: Los primeros días de Obama disparan las tensiones raciales, las desconfianzas de grupos que le apoyaron y hasta un alucinado milenarismo cristiano blanco"
Autor: Javier Monjas/ Madrid

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viernes, 21 de noviembre de 2008

Regresa el 'poder blando'. Por Paul Kennedy

El mundo ha acogido con esperanza la victoria de Obama. El futuro presidente puede y debe restablecer con algunos actos concretos la dañada imagen de su país. Wilson, Roosevelt y Kennedy son buenos ejemplo.

Hay mucho que decir -y se está diciendo- sobre la histórica victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y los analistas de las fascinantes transformaciones de la sociedad estadounidense actual pueden explicar el resultado mucho mejor que yo. Pero, cuando observaba la extraordinaria reacción de otros países al triunfo de Obama, a la mañana siguiente de que el mundo conociera su victoria, sentí la tentación de ir un poco más allá.

¿Contribuirá el atractivo de este hombre en todo el mundo a la capacidad de Estados Unidos de persuadir a otros países para que acepten su liderazgo y aprueben medidas que Washington desee pero sobre las que los demás miembros del sistema internacional puedan no sentir tanto entusiasmo? ¿Convencerá a los Gobiernos y los pueblos de otras naciones de que las políticas made in USA son buenas para la humanidad en su conjunto?
Porque ésa es, al fin y al cabo, la definición del término poder blando defendida por el profesor de Harvard Joseph Nye en unos libros publicados en los años noventa. Durante demasiado tiempo, alegaba Nye, los estudiosos habían prestado una atención excesiva a los aspectos más duros del poder militar, económico y financiero, y habían ignorado la importancia de las características nacionales que permitían que determinados países "hicieran amigos e influyeran en la gente" mejor que otros.

Nye consideraba que un estilo de vida atractivo, una cultura interesante, la capacidad de ir de la mano de la opinión mundial en vez de ir en su contra, podían ser unas herramientas tan útiles para un país como la habilidad de los diplomáticos, la solidez financiera e incluso los grandes portaaviones. Es evidente que cuando Nye elaboró estas ideas, creía que Estados Unidos contaba con la mayoría de los atributos del poder blando; pensaba, con razón, que Hollywood, MTV y la cultura juvenil norteamericana tenían mucho más atractivo para el mundo que la desintegrada Unión Soviética y la falta de libertades en China.

Además, amplias zonas del mundo avanzaban en la dirección señalada por los fundadores de la nación norteamericana: democracia, imperio de la ley, libertad económica, etcétera. La posición de EE UU en el mundo estaba reforzándose, para confusión de los que escribían sobre el declive norteamericano. Las tres patas sobre las que se apoyaba su preeminencia -el poder militar, el poder económico y el poder blando- iban a mantener a la república en la cima durante generaciones.

Pero entonces llegaron George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y las políticas neocon de activismo militar, agresividad ideológica, anulación de derechos humanos esenciales, excesiva importancia de "la guerra contra el terror" y una repugnancia patológica, ejemplificada en John Bolton, hacia el multilateralismo. De acuerdo con todas las formas de medir la opinión mundial -por ejemplo, los sondeos de la Fundación Pew-, el Gobierno de Bush se convirtió en la más impopular de la historia reciente de Estados Unidos. No es extraño, por tanto, que el poder blando estadounidense se viniera abajo. La capacidad de la Casa Blanca de convencer a otros países desapareció; la simpatía mundial tras los atentados del 11-S se evaporó poco a poco, incluso en países tradicionalmente amigos de Estados Unidos.

La alegría colectiva que experimentó hace dos semanas todo el mundo ante el final de la era de Bush fue prueba de hasta qué punto el país de Lincoln, Wilson, Franklin Delano Roosevelt y Kennedy se había ganado la antipatía internacional durante los últimos ocho años.

Sin embargo, el poder blando (soft power), quizá por su propia naturaleza, es muy volátil. Y seguramente es más ajustable y moldeable que, por ejemplo, un declive relativo y prolongado del poder militar y estratégico. Así que la pregunta que debe interesarnos es ésta: ¿servirá la victoria electoral de Barack Hussein Obama para devolver a Estados Unidos la tercera pata del taburete que sostiene su posición mundial: la ventaja del atractivo político e ideológico?

A juzgar por las noticias aparecidas en la prensa de todo el mundo, la respuesta es un sí sin reservas. Como era de prever, el presidente francés Nicolas Sarkozy, siempre dispuesto a ser el primero, envió a Obama este mensaje: "Su elección suscita en Francia, en Europa y en todo el mundo una inmensa esperanza". Y ofreció un abrazo francés que el próximo inquilino de la Casa Blanca haría bien en aceptar con cautela, aunque los sentimientos sean sinceros. Por lo demás, el júbilo en África e Indonesia, que sacan a relucir su relación con Obama, es general. Y según The New York Times, un librero de 24 años de Caracas, Venezuela, dijo: "Es agradable poder volver a sentirnos satisfechos de EE UU".

Los regímenes que no permiten elecciones libres están claramente inquietos por la onda expansiva de Obama, del mismo modo que sus adversarios políticos se sienten animados por este ejemplo asombroso de transparencia democrática. E incluso al fundamentalista más ciego de Hezbolá o Irán le será difícil acusar a alguien llamado Barack Hussein (descendiente del profeta) de tener un prejuicio antimusulmán intrínseco.

Desde luego, si Obama intenta apoyarse exclusivamente en los buenos deseos internacionales para impulsar políticas que beneficien a Estados Unidos, será como un automóvil que tratase de funcionar con aire caliente en vez de gasolina; y la luna de miel se acabará de inmediato.

Lo que debe hacer el próximo presidente es reconocer con claridad cuáles son las esperanzas que le han dado tanta popularidad en tantas partes distintas del mundo: las esperanzas africanas de que preste verdadera atención y ayude de verdad al atribulado continente; los deseos latinoamericanos de que mantenga las políticas liberales en comercio e inmigración, haga algo para superar el punto muerto en las relaciones con Cuba y muestre verdadero respeto por Latinoamérica; las aspiraciones en Europa, Canadá y Australia de que se tome en serio las obligaciones de Estados Unidos con las instituciones y los tratados internacionales, incluidos los compromisos ambientales y antiproteccionistas; y las esperanzas de los árabes moderados de que ofrezca algo más que buenas palabras a los palestinos.

Todas estas aspiraciones son mucho más fáciles de proclamar que de hacer realidad, como sin duda sabe Obama, y todas necesitarán compromisos entre algunas de sus promesas de campaña a los votantes estadounidenses y los simpatizantes con los que cuenta en el extranjero. Pero, si verdaderamente quiere restaurar el poder blando de su país, tendrá que empezar por ofrecer al mundo algunas de las cosas con las que sueñan los extranjeros; no todo el paquete, por supuesto, pero sí algunos elementos que den buena imagen y ayuden a aplacar los numerosos temores y preocupaciones mundiales.

Para eso, le será muy útil estudiar con detalle la retórica y las políticas de sus antecesores Wilson, FDR y JFK. Porque, como saben los historiadores de esas presidencias, ninguno de estos estadistas hizo nada más que defender los intereses "nacionales" de Estados Unidos. Lo que tuvieron en común fue el ingenio y la inteligencia para saber combinar lo que convenía a su país con lo que convenía al mundo o, al menos, a grandes partes de él. Convencieron a millones de personas en todo el planeta de que debían tener fe en el compromiso, el juicio y el liderazgo de EE UU y, por consiguiente, tomarse en serio las propuestas reformistas nacidas de la Casa Blanca. Y eso es la esencia del poder blando.

Ahora bien, este poder, como es blando, puede disolverse con rapidez. Una buena parte de un mundo ansioso espera anhelante la llegada de la presidencia de Obama y, en su mayoría, tiene la sensatez suficiente para no contar con una especie de milagro en los 100 primeros días. La gente va a juzgar lo que vea, como los votantes de Ohio y Florida, y está dispuesta a conceder al nuevo hombre el beneficio de la duda, pero no siempre, quizá no durante mucho tiempo. Como tantas otras cosas en la vida y la política, el intento de Obama de restaurar el poder blando estadounidense tiene un plazo.


Fuente: El País.com
Autor: Paul Kennedy ocupa la cátedra J. Richardson de Historia y es director del Instituto de Estudios sobre Seguridad Internacional en la Universidad de Yale. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia. © 2008, Tribune Media Services, Inc

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martes, 18 de noviembre de 2008

Las conclusiones de la cumbre del G-20

En la declaración final, de unas diez páginas, los mandatarios relatan los objetivos logrados en el encuentro, los pasos que se deben tomar de manera inmediata y los principios que deben guiar las futuras reformas.

Los mandatarios del G20, más España y Holanda, concluyeron su cumbre en Washington con una extensa declaración de principios y propuestas de reformas de los mercados financieros.

Además, adoptaron un "plan de acción" para desarrollar estos principios, y que deben ser elaborados con más detalle por los ministros de finanzas. Este es un resumen de los puntos más importantes de la declaración:

A) Los gobernantes acordaron que se podrían tomar acciones inmediatas paras restablecer el crecimiento y respaldar las economías de mercados emergentes a través de:

- Reconocer la importancia del apoyo a la política monetaria y usar las medidas fiscales en la medida en que sean apropiadas.

- Proporcionar liquidez para ayudar a descongelar los mercados de crédito.

- Asegurar que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros organismos multilaterales de desarrollo tengan suficientes recursos para ayudar a los países en desarrollo afectados por la crisis así como proporcionar financiación para el comercio y la infraestructura.

B) Los principios comunes que deben guiar la reforma del mercado financiero, según se acordó en la cumbre, son los siguientes:

- Fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas mediante un aumento de la información sobre productos financieros complejos, garantizar la información completa y precisa por parte de las empresas sobre sus condiciones financieras y ajustar los incentivos para eludir los riesgos excesivos.

- Promover la integridad (ética) al impedir la manipulación y el fraude en los mercados financieros, ayudar y evitar los conflictos de intereses, y proteger contra el uso del sistema financiero para asistir al terrorismo, el narcotráfico, y otras actividades ilegales.

- Reformar las instituciones financieras internacionales al modernizar su gobernabilidad y adhesión de miembros de manera que las economías con mercados emergentes y los países en desarrollo tengan una mayor voz.

C) Los gobernantes también aprobaron un "Plan de Acción", un plan integral de trabajo para aplicar estos principios que incluye las siguientes medidas inmediatas:

- Asegurar que las agencias de calificación cumplan los más elevados estándares y eludan los conflictos de interés, proporcionen mayor información a los inversores y distingan las categorías en casos de productos complejos.

- Desarrollar una guía para fortalecer las prácticas de control de riesgo de los bancos y garantizar que las empresas desarrollen procesos para determinar el caso de que pudieran estar acumulando riesgos excesivos.

D) Los gobernantes coincidieron en que las reformas que se necesitan tendrán éxito sólo si se basan en un compromiso con los principios de libre mercado, incluyendo el respeto a la ley, el respeto a la propiedad privada, el comercio abierto y la inversión, los mercados competitivos, y los sistemas financieros eficientes y regulados de manera efectiva. En este sentido, los gobernantes acordaron:

- Rechazar el proteccionismo, que exacerba en vez de mitigar los desafíos económicos y financieros.

- Hacer un esfuerzo para llegar a un acuerdo este año sobre las negociaciones las Negociaciones Comerciales de la Ronda de Doha.

- Abstenerse de imponer nuevas barreras al comercio o la inversión durante los próximos 12 meses.

- Reafirmar los compromisos de asistencia al desarrollo y exhortar tanto a las economías desarrolladas como emergentes a asumir compromisos consecuentes con su capacidad y función en la economía global.

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domingo, 16 de noviembre de 2008

Crisis: los ocho jinetes del Apocalipsis

Aquí están, éstos son. Los nombres y apellidos del peor desastre financiero global en casi 80 años. Detrás de los rostros de estos ocho ejecutivos hay una sucesión de errores, negligencias, egoísmos y una responsabilidad que trasciende lo individual para alcanzar al capitalismo sin regulaciones. Invertir y gastar sin fondos reales era una ecuación que no podía durar para siempre. Antes de lo que muchos esperaban, y contra la opinión de los “gurúes”, explotó. Lejos de castigarlos, el mercado premió a estos CEO (Chief Executive Office) con indemnizaciones millonarias.

Corridas, números que no cierran, desesperación. El mundo financiero entró en crisis mientras los responsables se hacían invisibles detrás del sufrimiento de miles de personas que corrían el riesgo de quedarse sin trabajo o sin vivienda al no poder pagar la hipoteca. Sin embargo, hay nombres y apellidos detrás de la crisis financiera más grande en 80 años, amparados en una sucesión de directivos que prefirieron mirar para otro lado y no detener el colapso que terminó afectando a la segura y cómoda forma de vida norteamericana.

Las causas son muchas, pero la lista incluye ambiciones desmedidas, errores de cálculo, sensación de impunidad y falta de control estatal.

Aunque todo estalló hace apenas unos meses, los problemas se agravaron en junio del año pasado, cuando comenzaron a caer los fondos del banco de inversión Bear Stearns. Como por efecto dominó, los bancos comenzaron a caer uno a uno, las Bolsas mundiales se derrumbaban y el colapso en Estados Unidos se volvió una preocupación real hasta para los más confiados. Pero la debacle ya se preveía en junio de 2003, cuando las tasas de la Reserva Federal llegaron al nivel más bajo.

Las causas de la crisis norteamericana más grande desde 1930 son múltiples y se irán analizando a medida que pase el tiempo, pero la especulación inmobiliaria y el afán desmedido de ganancias pueden señalarse como algunos de los motivos más evidentes.

En concreto, las rebajas en las tasas que se dispusieron para reactivar la economía provocaron una fuerte inversión en hipotecas tóxicas o de riesgo (subprime) armadas por los bancos. Las hipotecas tóxicas eran utilizadas para que clientes con poca solvencia adquirieran su vivienda, pero con un nivel de riesgo superior al del resto de los créditos. Mientras los ocho CEO más importantes del mercado recibieron indemnizaciones millonarias tras el fracaso al frente de las entidades, muchos ciudadanos norteamericanos llegaron a suicidarse ante la desesperada idea de perder sus viviendas al no poder afrontar el pago de las deudas. Cerca de 200 mil familias estuvieron en peligro de quedarse sin sus casas.

El modelo neoliberal recomienda recetas de libre comercio y no intervención estatal; sin embargo, cuando la crisis explotó el gobierno del republicano George Bush entendió que la intervención del Estado era la única forma posible de salvar la economía. Así se planeó un operativo rescate de US$ 700 mil millones para sanear los bancos. En un primer momento, los demócratas rechazaron el plan por considerar injusto que los contribuyentes terminen pagando la deuda privada, y hasta lo propios republicanos se opusieron por su dogma histórico de rechazar la intervención estatal. Finalmente, el proyecto se aprobó con cambios en el tope máximo para los depósitos bancarios con garantía federal. El Estado también autorizó un plan para evitar los desalojos que incluyó la reducción de las tasas de interés, la extensión del préstamo por un período más prolongado y el retraso en el pago principal de la hipoteca.

Cuando el Congreso dio luz verde al rescate, ejecutivos de una de las entidades, la aseguradora AIG, festejaron la noticia en un retiro de una exclusiva playa californiana donde se gastaron 400 mil dólares. Tenían mucho que agradecer a la “mano invisible” del mercado, que los dejó tranquilos, e impunes.

  • Charles O. Prince - Citigroup

Con 48 años, el ejecutivo del Citigroup no tuvo mejor idea que intentar enfrentar la crisis que se avecinaba con el despido de 17 mil empleados y el traslado de 9.500 a países con menores costos. La decisión estuvo acompañada de promesas a los inversores de ahorrar 10 mil millones de dólares. El lema de Prince era recortar en sueldos y en costos organizativos que “no aporten nada a la capacidad de dar un servicio eficiente a la clientela”.

Cuando comprendió que los empleados no eran el problema, ya fue demasiado tarde y las acciones se vinieron a pique, poco después de inflar el balance de la firma con activos tóxicos por un valor de más de 11 mil millones de dólares.

Claro que entre la reducción de costos no estaba incluida su indemnización, que llegó a los 105 millones de dólares. Al dejar su cargo, Prince declaró: “Dada la magnitud de las pérdidas en el negocio de las hipotecas, la única salida honrosa que me queda como presidente es renunciar a mi puesto”. Robert Rubin, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos bajo la administración de Bill Clinton, se hizo cargo del Citigroup.

  • Daniel Mudd - Fannie Mae

Tiene 49 años y es hijo del periodista Roger Mudd, de la CBS. Antes de dedicarse a las finanzas, fue oficial de los marines y combatió en Beirut, donde fue condecorado por sus servicios. Durante la caída del Muro de Berlín, Mudd recibió una propuesta para trabajar en el gobierno alemán. Tras su experiencia militar, ingresó al mundo empresario, primero recaló en la General Electric y luego desembarcó en una de las prestamistas financieras más grandes de Estados Unidos, Fannie Mae. En los últimos tiempos al frente de la entidad, no logró evitar el derrumbe de la financiera, abrumada por las hipotecas impagas, la caída de los precios de la vivienda y el trastorno del mercado crediticio, lo que dejó sin casas a miles de familias. Sólo en el segundo trimestre de 2008 la financiera perdió 2.300 millones de dólares. Su decisión de elevar los intereses a pagar por las hipotecas tuvo un alto costo social. En septiembre pasado, junto con Freddie Mac, Fannie Mae fue rescatada por la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro, y los gobiernos locales adquirieron las viviendas confiscadas. Mudd recibió una compensación de 24 millones de dólares. El propio Barack Obama pidió que tanto él como Richard Syron, de Freddie Mac, no recibieran cifras millonarias mientras el Estado salía a salvar a las financieras prestamistas con el dinero de los contribuyentes.

  • R. Fuld - Lehman Brothers

Apodado “el Gorila” por su fama de reservado, duro y poco hablador, la de Richard Fuld fue la caída más estrepitosa porque estaba considerado un gurú de la economía mundial. Nacido en Nueva York hace 62 años, falló en su intento de salvar de la bancarrota a Lehman Brothers, el cuarto mayor banco de inversión de Estados Unidos, al no lograr que el Bank of America u otra entidad adquirieran los activos para absorber las pérdidas. El CEO recibió varias advertencias de sus asesores, que le aconsejaban vender un porcentaje del capital, pero Fuld pretendía venderlo a un precio muy alto, y cuando intentó colocar los activos al valor del mercado ya era demasiado tarde porque había comenzado el derrumbe. Jugador de squash y coleccionista de arte moderno, ganaba 17 mil dólares la hora y logró acumular 489 millones de dólares en los últimos 10 años gracias a la venta de sus acciones. La mujer del ejecutivo, Kathy, vicepresidenta del Museo de Arte Moderno de Nueva York, vendió su colección por 20 millones de dólares. Sin embargo, no parece que la familia tenga problemas económicos ya que Fuld, tras hundir a Lehman Brothers, recibió una indemnización de 53 millones de dólares, cifra que le alcanza para lograr su individual sueño americano.

  • Stanley O’Neal - Merrill Lynch

La burbuja financiera de Estados Unidos terminó con el puesto del segundo ejecutivo mejor pago de las firmas de inversión, con alrededor de 45 millones de dólares en 2006. De 57 años, O’Neal fue despedido luego de conseguir ascender en la escala social con mucho esfuerzo. Es hijo de un jornalero negro de Alabama y nieto de esclavo. Pudo estudiar porque General Motors le concedió una beca y con los años logró ocupar diversos cargos en la compañía. Sus triunfos comenzaron en épocas en que los negros eran muy discriminados.

El trabajo de O’Neal significaba el progreso económico y social de la población negra, pero los objetivos de una vida próspera y exitosa se esfumaron el año pasado cuando fue despedido, tras haber llegado a la presidencia de Merril Lynch en 2002. En cinco años ganó 172 millones de dólares.

Al irse, un año atrás, no esperaba que la compañía iba a desaparecer en un mar de deudas.La firma de inversión fue adquirida por el Bank of America, que pagó 44.000 millones de dólares, y John Thain lo reemplazó en el cargo en diciembre de 2007. A pesar del fracaso social y laboral, O’Neal fue premiado con una compensación que alcanza los 160 millones de dólares. Un economista estadounidense afirmó que su gestión evidenciaba “la mejor relación salario-fracaso. que se haya visto”.

  • James Cayne- Bear Stearns

Tiene 74 años y dejó de ser el CEO de Bear Stearns en enero de este año, tras duros cuestionamientos por sus errores y ausencias en medio de la crisis de liquidez que sufrió la compañía durante 2007.

En sus comienzos fue comerciante de chatarra y vendedor de fotocopiadoras, y nunca pudo realizar una carrera universitaria. Es fanático de los habanos y del bridge, tanto que mientras la Bolsa se desplomaba y el mundo financiero conocido dejaba de ser lo que era, Cayne se la pasó jugando al golf y practicando su juego favorito de cartas en Tennessee. Sus ejecutivos negociaban por él, pero el directivo de la firma no atendía las llamadas ni contestaba los e-mails, sólo se comunicaba una vez al día a través de teleconferencias.

Con este ritmo de trabajo, el quinto mayor banco de inversión no pudo sostenerse más y sus acciones cayeron casi un 50%. Fue adquirido por JP Morgan en marzo pasado por 200 millones de dólares. Claro que Cayne no se fue con las manos vacías: recibió 38 millones, que se suman a los 60 millones por la venta de sus acciones.

  • Robert Willumstad - AIG

El ejecutivo, de 62 años, estuvo un corto período al frente de American International Group, la mayor aseguradora de Estados Unidos. Asumió el 15 de junio, en reemplazo de Martin Sullivan, y pocos meses después fue sustituido por Edward Liddy, dejando a la firma al borde de la bancarrota.

Desde que Willumstad asumió en la aseguradora, los activos de la compañía cayeron 94%, debido a la falta de liquidez por la reducción de las calificaciones de riesgo de la empresa.

Con la firma a la deriva y sin financiamiento, las autoridades federales norteamericanas aprobaron un salvataje por una cifra que durante la semana que pasó se elevó a 150 mil millones de dólares. Argumentaron que no era conveniente dejar caer a AIG, que ahora deberá vender activos para recaudar fondos y afrontar las deudas que tiene con el Estado. Por sólo tres meses de trabajo, en los que no logró reflotar las pérdidas y hundió más a la aseguradora, Willumstad se pudo haber llevado 22 millones de dólares, pero renunció a la indemnización para aliviar las tensiones con el Gobierno.

  • Angelo R. Mozilo – Countrywide

Otro ejecutivo de origen humilde que llegó a uno de los mejores puestos del mercado y perdió su estatus, según sus ex compañeros, por avaricia y mezquindad. Nació en 1938 en Nueva York, y llegó a Countrywide Financial Corp hace tres décadas. Miembro fundador de la compañía, logró convertirla en la mayor financiera hipotecaria de Estados Unidos por siete años. Durante su presidencia, la empresa otorgó préstamos por miles de millones de dólares a deudores que resultaron insolventes. Pese a sus errores, que llevaron a la caída de la financiera, Mozilo se quejaba de ganar “sólo” 50 millones de dólares al año. La firma solventaba gastos de un club de campo y dos clubes de golf de los que era miembro. Pero el ejecutivo se sintió maltratado cuando lo criticaron por hacer viajar a su esposa en el jet privado de la empresa. “No es justo ni sabio exigir que mi mujer use un vuelo comercial”, se indignó. En julio pasado, Countrywide perdió un 80% de su cotización en Bolsa y 704 millones de dólares, hasta que el Bank of America llegó para rescatarlo. Mozilo se llevó una indemnización de 56 millones de dólares.

  • Michael Perry - Indymac

El ejecutivo, de 43 años, fue CEO del banco desde que cumplió 30. La compañía tuvo pérdidas por 200 millones de dólares durante el tercer trimestre de 2007 y no pudo mantener sus activos por la falta de liquidez y las complicaciones para conseguir fondos solventes. Por las fallas en la previsión de su director, el Indymac Bank se transformó en el Indymac Federal Bank con la ayuda del Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC en sus siglas en inglés), que se hizo cargo y gestiona el banco. En julio de este año la entidad estuvo por quebrar debido al retiro de 1.300 millones de dólares en diez días por parte de sus clientes. Para evitar el peor descenlace, anunció el despido del 50 por ciento de su personal y Perry aceptó una rebaja en su salario, pero ni ese gesto pudo salvarlo. Desde que la crisis fue imparable, los empleados de la entidad tuvieron la opción de quedarse o aceptar un retiro voluntario; sin embargo, Perry no contó con la posibilidad de elegir ya que lo echaron sin preguntarle. Aunque probablemente no lo afectó demasiado, ya que se llevó como indemnización 42 millones

Fuente: Diario Perfil.com

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viernes, 14 de noviembre de 2008

Ron Paul habla sobre la crisis financiera.



Ronald Ernest Paul (n. Pittsburgh, PA, Estados Unidos de América, 20 de agosto de 1935), es un médico y político del Partido Republicano de los Estados Unidos, representante por el décimo cuarto distrito de Texas en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, reside en Lake Jackson, ciudad del mismo estado. Es médico obstetra y ginecólogo, graduado en la Universidad de Duke, candidato presidencial por el Partido Libertario en 1988 y candidato a la nominación por parte del Partido Republicano en la elección presidencial 2008.

En el Congreso, Paul se ha adherido a la filosofía liberal libertaria basando sus posiciones en la Constitución y los derechos de los Estados. Durante las primarias del Partido Republicano y posterior a ellas, Paul, debido a su filosofía política sobre las libertades constitucionales se convirtió en un fenómeno de Internet, siendo popular entre jóvenes tanto en la derecha como en la izquierda.

Fuente: Wikipedia.com
Vídeo: "On Financial Crisis" / 16.09.08

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Esa extraña reunión de Washington. Por Lluís Bassets

Pongamos las cosas en claro. Esa reunión ni es lo que se dice ni puede salir de ella lo que se está contando. En primer lugar, no es el G 20. Parte de la idea del G 20 de ampliar los encuentros entre los mandatarios de los países más ricos a los principales países emergentes. Pero no es el G 20 porque este formato ha reunido hasta ahora sólo a los ministros de Economía y Finanzas. Tampoco es exactamente el G 20 porque la presidencia anual corre a cargo este año de Brasil, país que naturalmente estará representado pero que no es el convocante de la reunión como correspondería: los convocantes son Nicolas Sarkozy y George Bush, dos presidentes en precario, que hacen uso uno del otro para reforzarse mutuamente; el primero en sus últimos días en la Casa Blanca para dorar un poco es lamentable cuadro que deja a su sucesor, el segundo para hinchar y a ser posible prolongar su presidencia semestral de la Unión Europea. Ni siquiera es el G 20 por la lista de países que acuden: Holanda y España se han sumado al encuentro, con toda la lógica del mundo, y eso no hace más que mejorar el formato de la reunión, pero no pertenecen a este grupo en el que se integran las economías que fueron hace unos años de países en desarrollo.

Sigamos con los asistentes. Sabemos que Barack Obama no va a ir y ni siquiera desea convertirse en un interlocutor de los asistentes en paralelo a la reunión. Tampoco habrá una representación de su equipo en el encuentro. No hay dos presidentes de Estados Unidos a la vez, se ha cansado de repetir. El presidente electo estará en Chicago, donde vive y tiene su distrito senatorial. Pero una cosa será la reunión estricta, con su comunicado y sus fotos y otra muy distinta los contactos oficiosos en los pasillos y en los hoteles y restaurantes de Washington. Como todo el mundo da por hecho que las delegaciones extranjeras querrán entrevistarse con gente de Obama, habrá tres interlocutores para atender las peticiones, según ha contado The Washington Post.

Dos de los interlocutores han sido dispuestos por los consejeros de Obama. Se trata de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright, y del ex congresista Jim Leach, un ‘republicano de Obama’, que le apoyó públicamente en la convención Demócrata en Denver. Y en un tercer caso, ha sido la propia Casa Blanca la organizadora del contacto: se trata del profesor de Georgetown y ex consejero de Clinton, Daniel Tarullo, que forma parte de los equipos de asesores de Obama y apareció en la foto de Chicago de la primera rueda de prensa después de la victoria. Tarullo está muy arriba en la lista para ocupar el cargo de máximo negociador comercial de Estados Unidos.

La confusión que reina en torno a la reunión no disminuye ni un ápice su importancia. La tiene el sólo hecho de que se aborde la crisis financiera en una cumbre a la que se convocan las grandes economías emergentes, y principalmente a China. Supone reconocer, de entrada, que se ha terminado la época en que Estados Unidos y Europa eran los únicos que discutían y tomaban decisiones cuando había que abordar situaciones difíciles. Cabe suponer, además, que se pondrá en marcha un debate a fondo, que desbordará a los gobiernos participantes, sobre cómo hay que organizar el nuevo orden económico y financiero internacional.

Está claro que sobra prosopopeya. No habrá reforma alguna del capitalismo, será un proceso lento y complejo, tardaremos en saber la orientación exacta del proceso. Exactamente el tiempo en que la nueva Administración Obama se instale y adopte posiciones claras: de momento el equipo del nuevo presidente prefiere no comprometerse ni atarse las manos. Y por eso se ha quedado en casa.

Fuente: De Alfiler al Elefante.
Autor: Lluís Bassets es periodista. Director adjunto de EL PAÍS. Se ocupa de las páginas y artículos de Opinión.

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