Lujo o necesidad: cambio de hábitos por la crisis en los EE.UU.
El microondas ya no es una necesidad para los norteamericanos
Los americanos del norte están golpeados por la recesión/depresión que los sacude desde el año pasado. Y lo están al punto de que han empezado a revisar algunos de sus hábitos, costumbres y percepciones. Ya no más cuatro o cinco tarjetas de crédito y varios autos por familia. De hecho, el Gobierno ha recurrido a Fiat (especialista en autos chicos y económicos) para darle aire a Chrysler.
Los efectos de la crisis financiera y económica tienen implicancias macro pero también llegan a la vida cotidiana de los atribulados ciudadanos de los EE.UU. Contra lo que ha venido sucediendo desde hace décadas, el país deberá aumentar su ahorro y gastar menos, para reducir su dependencia del ahorro externo (chino, principalmente). Por lo pronto, el ahorro norteamericano subió ocho puntos con la crisis (de 0 a 8 % del producto bruto) y empieza a disparar un debate más profundo.
Según un estudio hecho por el Pew Research Center, uno de cada cuatro consultados ha sufrido el desempleo en su familia, y dos de cada tres han tenido algún tipo de problema económico. Es que los consumidores norteamericanos, temerosos de perder su empleo y al ver que muchas empresas cierran o se fusionan, han decidido destinar un porcentaje creciente de su ingreso al ahorro. Hasta ahora vivían cómodamente pero en base a endeudamiento, una fórmula que parece haber quedado cuestionada tras la debacle del sistema financiero. De aquí en más, tras haber visto cómo se evaporaba una parte de su patrimonio invertido en activos financieros (una mayoría perdió dinero de sus fondos de retiro invertidos en la bolsa), muchos norteamericanos empiezan a repensar sus decisiones de gasto y sus costumbres de consumo.
Una consecuencia para el día a día: los ciudadanos empiezan a dejar de considerar que algunos consumos habituales son una necesidad y empiezan a verlos como manifestaciones de lujo. Esto sucede con los microondas, los home theaters y hasta con aires acondicionados, según el estudio de Pew . En 1996, un 32 % consideraba "una necesidad" al microondas, porcentaje que se disparó a 68 % en 2006. Hoy es 47 %, lo que significa que un 53 % lo considera "un lujo". La consideración como "necesidad" de los aires acondicionados bajó 16 puntos en tres años, y la de los lavaplatos, 14 puntos. Teléfonos celulares y computadoras siguen siendo, para la mitad de la población, bienes de primera necesidad.
Con la crisis se mueven las percepciones de consumo y las fronteras entre lujo y necesidad. Hay un cambio de mentalidad sobre qué es esencial y qué es prescindible. Muchos vieron con buenos ojos armarse una huerta, siguiendo el ejemplo de la popular primera dama, Michelle Obama, quien sembró verduras en el jardín de la Casa Blanca. Sólo un 8 % considera una necesidad tener un TV chato; el popular Ipod es visto como necesidad sólo por un 4 % de los consultados. Cada vez más gente elimina gastos superfluos (un 24 % cortó TV por cable o satelital), y hace ella misma las reparaciones en la casa. El estudio de Pew encuentra que "ocho de cada diez adultos han tomado acciones de algún tipo para economizar dinero durante estos tiempos malos". Por otra parte, seis de cada diez afirman estar comprando ahora segundas marcas o en tiendas de descuento. Tres de cada diez consultados han cortado gastos en bebidas alcohólicas y cigarrillos.
Sin embargo, algunos consumos siguen sin bajar en la consideración de los norteamericanos: un 88 % considera al auto como necesidad frente a un 12 % que lo ve como lujo (casi inmóvil desde 1973, cuando era de un 90 %). Le sigue la línea de teléfono, con un 68 %. Lo interesante es que este cambio en las percepciones de consumo recorre a toda la sociedad. "Las conclusiones atraviesan edad, género, educación y nivel socio-económico? según Pew-. El cambio de actitudes ocurre rápido y en todos los segmentos de la población".
Fuente: La Nación.com /"El microondas ya no es una necesidad para los norteamericanos"
Autor: Diego Valenzuela /especial para lanacion.com
Los americanos del norte están golpeados por la recesión/depresión que los sacude desde el año pasado. Y lo están al punto de que han empezado a revisar algunos de sus hábitos, costumbres y percepciones. Ya no más cuatro o cinco tarjetas de crédito y varios autos por familia. De hecho, el Gobierno ha recurrido a Fiat (especialista en autos chicos y económicos) para darle aire a Chrysler.
Los efectos de la crisis financiera y económica tienen implicancias macro pero también llegan a la vida cotidiana de los atribulados ciudadanos de los EE.UU. Contra lo que ha venido sucediendo desde hace décadas, el país deberá aumentar su ahorro y gastar menos, para reducir su dependencia del ahorro externo (chino, principalmente). Por lo pronto, el ahorro norteamericano subió ocho puntos con la crisis (de 0 a 8 % del producto bruto) y empieza a disparar un debate más profundo.
Según un estudio hecho por el Pew Research Center, uno de cada cuatro consultados ha sufrido el desempleo en su familia, y dos de cada tres han tenido algún tipo de problema económico. Es que los consumidores norteamericanos, temerosos de perder su empleo y al ver que muchas empresas cierran o se fusionan, han decidido destinar un porcentaje creciente de su ingreso al ahorro. Hasta ahora vivían cómodamente pero en base a endeudamiento, una fórmula que parece haber quedado cuestionada tras la debacle del sistema financiero. De aquí en más, tras haber visto cómo se evaporaba una parte de su patrimonio invertido en activos financieros (una mayoría perdió dinero de sus fondos de retiro invertidos en la bolsa), muchos norteamericanos empiezan a repensar sus decisiones de gasto y sus costumbres de consumo.
Una consecuencia para el día a día: los ciudadanos empiezan a dejar de considerar que algunos consumos habituales son una necesidad y empiezan a verlos como manifestaciones de lujo. Esto sucede con los microondas, los home theaters y hasta con aires acondicionados, según el estudio de Pew . En 1996, un 32 % consideraba "una necesidad" al microondas, porcentaje que se disparó a 68 % en 2006. Hoy es 47 %, lo que significa que un 53 % lo considera "un lujo". La consideración como "necesidad" de los aires acondicionados bajó 16 puntos en tres años, y la de los lavaplatos, 14 puntos. Teléfonos celulares y computadoras siguen siendo, para la mitad de la población, bienes de primera necesidad.
Con la crisis se mueven las percepciones de consumo y las fronteras entre lujo y necesidad. Hay un cambio de mentalidad sobre qué es esencial y qué es prescindible. Muchos vieron con buenos ojos armarse una huerta, siguiendo el ejemplo de la popular primera dama, Michelle Obama, quien sembró verduras en el jardín de la Casa Blanca. Sólo un 8 % considera una necesidad tener un TV chato; el popular Ipod es visto como necesidad sólo por un 4 % de los consultados. Cada vez más gente elimina gastos superfluos (un 24 % cortó TV por cable o satelital), y hace ella misma las reparaciones en la casa. El estudio de Pew encuentra que "ocho de cada diez adultos han tomado acciones de algún tipo para economizar dinero durante estos tiempos malos". Por otra parte, seis de cada diez afirman estar comprando ahora segundas marcas o en tiendas de descuento. Tres de cada diez consultados han cortado gastos en bebidas alcohólicas y cigarrillos.
Sin embargo, algunos consumos siguen sin bajar en la consideración de los norteamericanos: un 88 % considera al auto como necesidad frente a un 12 % que lo ve como lujo (casi inmóvil desde 1973, cuando era de un 90 %). Le sigue la línea de teléfono, con un 68 %. Lo interesante es que este cambio en las percepciones de consumo recorre a toda la sociedad. "Las conclusiones atraviesan edad, género, educación y nivel socio-económico? según Pew-. El cambio de actitudes ocurre rápido y en todos los segmentos de la población".
Fuente: La Nación.com /"El microondas ya no es una necesidad para los norteamericanos"
Autor: Diego Valenzuela /especial para lanacion.com
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