Keynes, el rey de la economía mundial... aunque murió en 1946
El mítico economista británico John Maynard Keynes (1883-1946) fue elegido el hombre del año por el conservador diario parisino "Le Figaro". "Hoy el economista más vivo del planeta", sostiene el matutino en su edición de hoy.
"Ya sea en la izquierda o en la derecha, desde el inicio de la crisis, en todas partes los gobiernos se basan en él para solucionar los embrollos de sus economías", comenta el diario.
Keynes saltó a la fama en la crisis económica de 1929, cuando recomendó a los gobiernos programas de políticas fiscales y monetarias activas, para impulsar la producción a través de la demanda y generar puestos de trabajo.
El crítico de las teorías liberales y defensor del intervencionismo estatal estudió matemática y filosofía antes que economía e intentó relacionar teoría y práctica. Así, trabajó en el Tesoro británico y hasta fines de la Segunda Guerra Mundial contribuyó a la reforma del sistema financiero mundial (Bretton Woods).
La teoría de Keynes orientada en la demanda tuvo mucha aprobación en los años '50 y '60 y se convirtió en la base de las políticas económicas no sólo de los socialdemócratas. Desde los años 70, fue desplazada cada vez más por las teorías de mercado neoliberales, según las cuáles el Estado debe mantenerse lo más fuera posible de la economía.
El colapso de los mercados financieros y la perspectiva de una nueva crisis económica mundial llevaron en los últimos meses, sin embargo, a un "regreso al Estado" y a las ideas keynesianas.*
Principales contribuciones al pensamiento económico.
En su obra principal, Teoría general del empleo, el interés y el dinero, Keynes escribió sus opiniones en lo referente al empleo, teoría monetaria, y el ciclo de comercio, entre otros temas. Su obra dedicada al empleo se oponía a todo lo que los economistas clásicos habían enseñado. Keynes decía que la causa real del desempleo era el insuficiente gasto en inversión. Él creía que la cantidad de trabajo entregada es diferente cuando el decremento en los salarios reales (el producto marginal del trabajo) se debe al decremento del salario monetario, que en el caso cuando se debe a un incremento del nivel de precios, asumiendo que el salario monetario se mantenga constante.
Se puede sintetizar su aporte en el concepto de que cuando la demanda deviene transitoriamente más pequeña, ello puede tener como consecuencia, en determinados contextos institucionales, el que la oferta también sea contraída; con lo que resultaría un nuevo equilibrio del mercado, pero habiendo perdido el mercado mismo cierta magnitud entre ambos momentos.
En su teoría, el desencadenante de esos movimientos en la demanda y la oferta es el mercado de capital; la demanda de capital transitoriamente deviene menor, a partir de lo cual la oferta de capital le sigue mímicamente a la baja, en vez de mantenerse transitoriamente o aumentar transitoriamente.
Al resolverse ambos movimientos, el de la demanda de capital y el de la oferta de capital, ambos a la baja, el mercado como un todo vuelve a un nuevo equilibrio. Pero en éste, la cantidad de capital aplicado sera menor que antes, por lo cual la nueva proporción resultante entre los demás factores de producción- Trabajo y Recursos, y el capital ultimamente en el mercado, se alterará. Al reducirse o retenerse parte del capital o ahorro de antaño, una parte de los otros dos factores resultará excedente y no podrá más que quedar fuera del mercado; se realiza como un creciente stock involuntario de estos otros dos factores. Todo esto sucede en el contexto de cierta inflexibilidad en la información que se disemina y comunica, a partir de un marco institucional dado; que queda más o menos anacrónico o extemporáneo a los giros en el mercado de capital, que desencadenan luego el desempleo o la formación involuntaria de stocks de factores.
En su Teoría del dinero, Keynes dijo que los ahorros e inversión estaban determinados en forma independiente. La cantidad destinada a ahorro tenía poco que ver con las variaciones en las tasas de interés que a su vez tenían poco que ver con cuanto se destinaba a inversión. Keynes pensó que los cambios en la cantidad destinada a ahorro dependían en la predisposición para consumir que resultaba de cambios incrementales, marginales, al ingreso. Por tanto, la cantidad destinada a inversión estaba determinada por la relación entre la tasa esperada de retorno sobre la inversión y la tasa de interés.**
*Fuente: CriticaDigital.com
**Fuente: Wikipedia
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